MADRID, 15 Abr. (EUROPA PRESS) -
La jefa de la Misión de Naciones Unidas en República Democrática del Congo (MONUSCO), Bintou Keita, se ha desplazado hasta la provincia de Kivu del Norte para reunirse con autoridades locales y miembros de la sociedad civil tras las recientes manifestaciones en el territorio que exigen la retirada de la misión de la ONU ante el repunte de los ataques por parte de grupos armados en esta zona del país.
Keita ha viajado hasta Beni, la capital de la provincia, para "discutir la situación actual en la provincia" y donde tiene previsto reunirse también con "los dirigentes de las fuerzas de seguridad nacionales sobre el terreno, así como, por supuesto, con el personal de la ONU, incluida la Brigada de Intervención de la Fuerza de Paz", tal y como ha confirmado el portavoz de Naciones Unidas, Stéphane Dujarric.
Estas reuniones están planteadas para "estudiar la manera de rebajar las tensiones para avanzar", ha precisado Dujarric, mientras que ha añadido que Keita está "preocupada por los enfrentamientos mortales entre comunidades ocurridos esta semana en la ciudad de Goma, en el contexto de las protestas contra la Misión, los trabajadores humanitarios y las instituciones nacionales".
Frente a estas manifestaciones, Keita reitera que "el derecho a la protesta debe ejercerse pacíficamente en todo momento".
En las reuniones con miembros de la sociedad civil le han trasladado a Keita su preocupación por las recurrentes incursiones de milicianos de la milicia Bakata Katanga y las muertes que dejan, así como una creciente inseguridad, tal y como recoge Radio Okapi.
Entre las peticiones que han presentado ante la representante de la ONU destaca el aumento del número de mujeres en las filas del Ejército y la Policía, así como una mayor concienciación entre la población contra los mensajes de odio.
Las autoridades han informado de al menos 10 muertos durante las protestas que se ha sucedido en los últimos días, así como más de una treintena de heridos.
La MONUSCO ya fue objeto de numerosas críticas en noviembre de 2019 por su papel ante un repunte de los ataques, unas protestas que derivaron en incidentes. La misión destacó entonces que "puede entender la frustración de la población" pero criticó los ataques contra sus instalaciones.