Pide que la población rohingya "no vuelva a ser objetivo" de la violencia
MADRID, 19 Abr. (EUROPA PRESS) -
El Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Volker Turk, ha alertado este viernes de la "grave amenaza" que supone para la población civil la creciente violencia por parte del Ejército de Birmania y los grupos insurgentes en el estado de Rajine, en el oeste del país.
En un comunicado, Turk ha lamentado la intensificación de los combates y ha advertido del peligro de que "se repitan las atrocidades del pasado". Así, ha afirmado que las tensiones se están "avivando entre las comunidades rohingya y de etnia rajine".
Desde que se rompió el alto el fuego informal entre ambas partes el pasado mes de noviembre, 15 de los 17 municipios de Rajine se han visto afectados por los combates, donde cientos de personas han muerto o han resultado heridos, tal y como recoge el texto. Esto ha elevado el número de desplazados a más de 300.000.
"El estado de Rajine se ha convertido de nuevo en un campo de batalla en el que intervienen múltiples actores, y los civiles están pagando un alto precio, con los rohingyas en especial peligro", ha declarado antes de afirmar que lo que es "particularmente preocupante es que, mientras que en 2017 los rohingyas fueron blanco de un solo grupo, ahora están atrapados entre dos facciones armadas".
En este sentido, ha pedido que los rohingyas "no vuelvan a ser objetivo" de la violencia y ha recordado que los militares han ido perdiendo terreno rápidamente frente al Ejército de Arakán (AA) en todo el norte y centro del estado, lo que ha provocado una "intensificación de los combates en los municipios de Buthidaung y Maungdaw, antes de la esperada batalla por Sittwe", capital del estado de Rajine.
"Ante la derrota, los militares han empezado a reclutar, sobornar y coaccionar a los rohingyas para que se unan a sus filas. Es inconcebible que se dirijan a ellos de esta manera, teniendo en cuenta los terribles sucesos de hace seis años y la extrema discriminación de la que siguen siendo objeto los rohingyas, incluida la negación de su ciudadanía", ha manifestado Turk.
Algunos informes apuntan a que los militares obligan a los reclutas rohingyas a quemar casas, edificios o pueblos de etnia rajine, mientras que estos han respondido quemando aldeas rohingya.
"Las alarmas están sonando, y no debemos permitir que se repita el pasado", ha indicado Turk, que ha señalado que "los países con influencia sobre el Ejército de Birmania y los grupos armados implicados deben actuar ya para proteger a todos los civiles del estado de Rajine y evitar otro episodio de horrenda persecución de los rohingyas".