MADRID, 30 Nov. (EUROPA PRESS) -
El jefe del Estado Mayor conjunto libio, Jalifa Haftar, ha afirmado este martes que "los países vecinos son pobres y necesitan las reservas de petróleo y gas de Libia, por lo que el Estado necesita un Ejército fuerte para disuadir sus codiciosas ambiciones".
"Tenemos que considerar a Egipto, Túnez, Argelia, Malí y Chad como nuestros enemigos, porque son pobres y necesitan nuestra riqueza", ha dicho Haftar durante una entrevista concedida a un canal de televisión libio.
Estas declaraciones llegan poco después de que Trípoli haya decidido imponer visados a los ciudadanos de Argelia, Siria, Marruecos y otros países árabes para controlar los flujos de entrada al país.
Asimismo, algunos altos cargos del nuevo Gobierno están intentando que se expulse a los ciudadanos argelinos del país. Los argelinos que se encuentran en Libia no cuentan con visado debido a las condiciones favorables a la inmigración que facilitó el Gobierno del ex líder libio Muamar Gadafi, según ha informado el diario argelino 'Echorouk'.
Pese a las convergencias en algunos puntos de vista fundamentales entre los presidentes de Argelia y el Consejo Nacional de Transición libio (CNT), Abdelaziz Buteflika y Mustafá Abdel Jalil, respectivamente, varias facciones rebeldes siguen clamando "venganza" contra países que consideran "enemigos" por su apoyo al Gobierno de Gadafi. Entre estos países están Argelia, Marruecos, Túnez, Siria, Chad y Malí.
El caso de Haftar es relevante, ya que fue uno de los aliados más cercanos de Gadafi durante el golpe de Estado que éste encabezó para acabar con la monarquía de Idris Senusi. Posteriormente se convirtieron en enemigos tras ser capturado y dejado a su suerte durante la guerra contra Chad en los años ochenta. Posteriormente, huyó a Estados Unidos, donde vivió durante 20 años antes de volver a Libia para participar en las revueltas contra Gadafi.