MADRID, 20 Feb. (EUROPA PRESS) -
El jefe de la delegación opositora en las conversaciones de paz con el Gobierno de Sudán del Sur ha asegurado este lunes que hará todo lo posible para conseguir un resultado positivo para ambas partes en la próxima ronda de contactos, al tiempo que ha apuntado que los rebeldes mantendrán el alto el fuego hasta que se alcance un acuerdo de paz.
Henry Dilah Odwar, vicepresidente del Ejército de Liberación del Pueblo de Sudán-En Oposición (SPLM-IO) --encabezado por el exvicepresidente de Sudán del Sur, Riek Machar--, ha recalcado que las conversaciones deben desembocar en un proceso de reformas.
"Volveremos a Adís Abeba para reiniciar las conversaciones en las próximas tres o cuatro semanas. Mantendremos contactos con la Autoridad Intergubernamental sobre el Desarrollo de África Oriental (IGAD) para poder avanzar", ha dicho, en declaraciones a la emisora Radio Tamazuj.
Así, ha lamentado que la delegación gubernamental suspendiera las conversaciones mantenidas la semana pasada en la capital de Etiopía, resaltando que los rebeldes "esperan lograr un acuerdo de paz en la próxima ronda".
"No queremos llegar nuevamente a un estancamiento", ha reiterado, lamentando que "la delegación gubernamental presentó propuestas en las recientes conversaciones de paz que no estaban en el acuerdo de paz de 2015".
Odwar ha manifestado que el SPLM-IO quiere hacer frente al "tribalismo" en el Ejército y abordar el problema de la corrupción "para garantizar que el país avanza en la buena dirección".
"Dijimos que si las causas que subyacen en el conflicto no son abordadas no se pueden discutir otros problemas. Dijimos que todas las fuerzas tienen que ser entrenadas para lograr el núcleo del país. Dijimos que todos los condados deben estar representados en el Ejército para tener un Ejército neutral", ha subrayado.
Sudán del Sur vive inmerso en una guerra civil desde finales de 2013, cuando comenzaron los enfrentamientos entre las tropas leales al presidente, Salva Kiir, y las fuerzas vinculadas a Machar.
Un tercio de los doce millones de habitantes de Sudán del Sur se han visto obligados a abandonar sus hogares, incluidos más de dos millones que han buscado refugio en los países vecinos.
Naciones Unidas ha alertado en varias ocasiones de la posibilidad de un genocidio en el país, debido al cariz étnico que parece estar tomando el conflicto.
El asesor especial de Naciones Unidas en prevención del genocidio, Adama Dieng, acusó a finales de enero a Uganda y Kenia de alimentar el conflicto en Sudán del Sur, apuntando al tráfico de armas a través de las fronteras con estos países.
"Si bien la responsabilidad de proteger a la población de Sudán del Sur (...) recae sobre el Gobierno de Sudán del Sur, la responsabilidad de prevenir las atrocidades es regional e internacional", dijo.