MADRID, 27 Sep. (EUROPA PRESS) -
El jefe de la Misión de Asistencia de Naciones Unidas en Sudán del Sur (UNMISS), David Shearer, ha subrayado este martes que el proceso de paz en Sudán del Sur necesita "un impulso extremo", advirtiendo de que las posibilidades para alcanzar un compromiso en torno al acuerdo de paz de 2015 se están reduciendo.
"Es fundamental que la comunidad internacional demuestre un frente unido para apoyar un proceso de paz que allane el camino a la celebración de elecciones creíbles y oportunas, pero sólo después de un periodo de transición marcado por verdadera estabilidad", ha argumentado.
Así, ha manifestado que "la oposición sigue muy fragmentada y ha sufrido significativos reveses militares en los últimos meses", añadiendo que "al mismo tiempo, la crisis económica está agravando la frustración pública y socavando la capacidad del Gobierno de gobernar y servir a su pueblo".
Por ello, ha indicado que muchos funcionarios y miembros de las fuerzas de seguridad llevan meses sin cobrar, agregando que la desconfianza en el Ejército, "exacerbada por los abusos de los Derechos Humanos", está provocando la huida de muchas personas a los países vecinos.
Shearer ha expresado su preocupación por la situación humanitaria en el país, resaltando que la fragmentación de la oposición está teniendo un impacto negativo sobre la distribución de la ayuda humanitaria.
En este sentido, ha relatado que los convoyes del Programa Mundial de Alimentos (PMA) necesitan ahora trece permisos separados de los grupos armados en una ruta de dos días desde la capital, Yuba, hasta Yambio.
Sudán del Sur se independizó de Sudán en 2011, pero se sumió en una guerra civil en 2013, cuando el presidente, Salva Kiir, destituyó a Riek Machar, actual líder rebelde que en aquel momento ejercía de vicepresidente en el marco de un gobierno de consenso.
Naciones Unidas ha alertado en varias ocasiones de la posibilidad de un genocidio en el país, debido al cariz étnico que parece estar tomando el conflicto.
A principios de septiembre, el propio Shearer cifró en cerca de cuatro millones el número de personas desplazadas en el país a causa del conflicto.
En su informe, recalcó que, hasta mediados de 2017, 1,9 millones de personas se han visto desplazadas internamente y otros dos millones han huido a países vecinos, agregando que 7,6 millones de personas necesitan además ayuda urgente.