MADRID, 26 Jul. (EUROPA PRESS) -
El primer ministro de Reino Unido, Boris Johnson, defendió en una audiencia a primeros de mes ante los parlamentarios británicos que no discutió asuntos del Gobierno en su reunión con el exagente del Comité de Seguridad Estatal (KGB) ruso, Alexander Lebedev, cuando ostentaba el cargo de secretario de Relaciones Exteriores.
"Mantener a salvo al pueblo británico debería ser una prioridad del gobierno, pero esta red de relaciones turbias muestra que no se puede confiar en los conservadores para nuestra seguridad nacional", señaló la laborista Angela Rayner en dicha vista, cuyo contenido ha trascendido este martes en los medios británicos.
Johnson admitió en julio que conoció al empresario ruso en abril de 2018 en un viaje a un castillo restaurado en la ciudad italiana de Perugia, propiedad de Evgeny Lebedev, hijo de Alexander, para una fiesta de fin de semana después de asistir a una reunión de ministros de Relaciones Exteriores de la OTAN en Bruselas.
Tal y como recogió 'The Guardian', el primer ministro confirmó haberse reunido en privado con Lebedev, también expropietario del diario 'The Independent', y aseguró haber informado de este encuentro al Ministerio de Relaciones Exteriores.
El primer ministro tuvo que encarar así las distintas preguntas de los parlamentarios ante la ausencia de funcionarios en dicho encuentro. De esta forma, se le pidió redactar una carta para informar sobre la naturaleza de la reunión.
En el escrito, el primer ministro británico insistió en que el viaje estaba "en línea con los protocolos de seguridad establecidos". "No hubiera sido una práctica normal que los funcionarios públicos o el personal de seguridad me acompañaran a una ocasión social tan privada", defendió, tal y como han recogido la cadena BBC y el diario 'Huffington Post'.
"En ese momento, la compañía de los Lebedev era dueña del 'Evening Standard' y del 'Independent', y de la compañía de televisión London Live. No se discutió su propiedad y participación en la publicación de periódicos británicos", escribió en su carta, según ha informado 'The Telegraph'.
Alexander Lebedev, que trabajó durante un tiempo como espía de los servicios de inteligencia de la KGB, fue destinado como espía a Londres en 1988. Después de la caída de la Unión Soviética, se dedicó a los negocios.