ANKARA 14 Sep. (Reuters/EP) -
Un tribunal de Turquía ha comenzado a juzgar este jueves a dos antiguos profesores, Nuriye Gulmen y Semih Ozakca, que han estado en huelga de hambre desde que fueron despedidos de sus empleos en mayo en el marco de la represión derivada del intento de golpe de Estado del 15 de julio de 2016.
Un grupo de personas ha protestado en la puerta del juzgado para apoyar a los docentes, que ha sido reprimida por la Policía turca, usando esprays de pimienta, y se ha saldado con el arresto de 20 manifestantes.
Los docentes fueron detenidos en mayo, acusados de mantener relación con el grupo miliciano Partido Revolucionario Liberación del Pueblo (DHKP-C), identificado por las autoridades turcas como una organización terrorista.
La profesora de literatura y el profesor de educación primaria han subsistido durante los últimos seis meses a base de líquidos y suplementos. A pesar de que los médicos han asegurado que el estado de salud de ambos es muy delicado, la Gendarmería ha advertido de que los acusados podrían intentar fugarse.
La Policía turca ha informado de que esta semana se ha emitido una orden de detención para 18 de sus abogados, que no han acudido a la sesión de este jueves. Sin embargo, se han presentado en el juzgado al menos 100 abogados para defender a los profesores, incluidos parlamentarios del principal partido de la oposición, el Partido Republicano del Pueblo (CHP), y miembros de la formación a favor de los kurdos Partido Democrático de los Pueblos (HDP).
"El primer obstáculo a la celebración de un juicio justo es detener a los abogados de los acusados, que además intimida a los jueces del caso. Han conseguido que no se presenten ante los tribunales, perdiendo el derecho a defender a sus clientes", ha denunciado un legislador de la principal formación opositora, Baris Yarkadas.
Los acusados presentaron una petición al Tribunal Europeo de Derechos Humanos en agosto, pidiendo ser liberados por motivos de salud, pero fue rechazada.
Los profesores han explicado que su huelga de hambre pretendía llamar la atención ante la destitución de 150.000 jueces, profesores, policías y funcionarios desde que en 2016 un grupo de militares puso en marcha un intento de golpe de Estado para restaurar la "democracia laica", en una asonada que el presidente, Recep Tayyip Erdogan, atribuyó al clérigo Fetulá Gulen, que ha negado la acusación.
Además, alrededor de 50.000 personas han sido detenidas, incluyendo periodistas, miembros de la oposición y civiles. Las autoridades turcas han asegurado que la purga es necesaria para acabar con la amenaza a la que tienen que hacer frente.