BRUSELAS, 22 Jun. (EUROPA PRESS) -
El presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, ha querido avisar este miércoles a los británicos de que si se impone la salida de Reino Unido en el referéndum de mañana, no supondrá en ningún caso una "renegociación" de las relaciones del país con el bloque comunitario, sino que las consecuencias serán claras: "Fuera es fuera".
"Lo que deben de saber los diputados y ciudadanos británicos es que no habrá ningún tipo de renegociación (...). Fuera es fuera", ha declarado en una comparecencia ante la prensa en Bruselas.
El jefe del Ejecutivo comunitario se ha referido al acuerdo negociado por David Cameron con el resto de líderes europeos el pasado febrero, que permitirá, entre otras cosas, discriminar a los inmigrantes europeos en el pago de determinadas ayudas sociales.
"Él obtuvo lo máximo que podía recibir y nosotros dimos lo máximo que podíamos dar, así que no habrá ningún tipo de renegociación", ha indicado Juncker, en alusión a que si los británicos votan a favor de dejar la UE, ese pacto no será aplicable, ni abrirá la puerta a una nueva negociación que no pase por la salida del club comunitario.
El exprimer ministro luxemburgués ha reiterado que "sería bueno" que Reino Unido siguiera siendo parte de la Unión Europea, al tiempo que ha lamentado que el acuerdo negociado en febrero y que mejora el estatus británico entre los 28 "no esté jugando un papel en la campaña".
Por lo demás, Juncker ha evitado entrar en detalle en el impacto de un eventual 'Brexit' o en las consecuencias que ello tendría para la integración europea.
El jefe del Ejecutivo comunitario ha pedido esperar a que los británicos se pronuncien y conocer el resultado. Este viernes, Juncker recibirá en la sede de la Comisión Europea al presidente del Consejo, Donald Tusk; al presidente del Parlamento Europeo, Martin Schulz, y al primer ministro holandés y presidente de turno de la UE, Mark Rutte, para analizar la situación.
La reunión está prevista a las 10:30 horas, cuando ya se conozcan los resultados, y se espera de ellos que fijen una primera respuesta común al pronunciamiento de los británicos.