BRUSELAS 7 Oct. (EUROPA PRESS) -
El presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, ha criticado al primer ministro húngaro, Viktor Orban, por recurrir a un referéndum para tratar de dar marcha atrás en las cuotas de reparto de refugiados ya acordadas en la Unión Europea y ha insistido en que hay que cumplir las normas de derecho o de lo contrario será "el principio del fin" y "no llegaremos a gobernar la Unión Europea".
"Si cada vez que un Estado miembro no está de acuerdo con una decisión organiza un referéndum para decir lo contrario que diga la norma de derecho o lo que podría decir mañana no llegaremos a gestionar y gobernar la Unión Europea de la mejor manera posible", ha criticado Juncker durante un discurso y debate sobre el futuro de la Unión Europea en el Instituto Jacques Delors en París.
"Es el principio del fin", ha alertado el jefe del Ejecutivo comunitario, que ha dejado claro que "la Unión Europea está fundada en el derecho" y "hace falta que Europa comience a respetar la norma de derecho", criticando que "hoy ciertos Estados miembro se distinguen por el hecho de que ya no respetan la norma europea".
Juncker ha reconocido que "Europa no puede construirse contra la voluntad de los Estados" pero ha considerado "una vía muy peligrosa" que los Gobiernos europeos recurran a referéndum para cuestionar "decisiones precisas" ya aprobadas, recordando que en el caso de la propuesta sobre las cuotas de reparto de refugiados fueron aprobadas "por mayoría cualificada" y pese a ello "algunos Estados miembro no lo aplican".
"Si la norma fijada, democráticamente elaborada, ya no es respetada por los Estados miembro, que son los destinatarios y por tanto los actores de la aplicación de la norma fijada según los principios del Tratado no podremos actuar ya", ha avisado.
"No excluyo la necesidad de que haya que recurrir a la consulta en referéndum sobre tratados constitucionales y otras pero sobre decisiones precisas (...) Me parece una vía muy peligrosa", ha zanjado.
Orban ha anunciado que presentará una enmienda a la Constitución para incluir el resultado del plebiscito en la Carta Magna después de que el 98,21 por ciento de los votantes han rechazado las cuotas aunque éste no era vinculante ni válido al no haber alcanzado el 50% de participación mínimo.