BRUSELAS, 4 (EUROPA PRESS)
La Unión Europea y Londres han constatado este lunes la imposibilidad de cerrar aún un acuerdo de divorcio para el Brexit, a pesar del almuerzo programado en Bruselas entre el jefe del Ejecutivo comunitario, Jean-Claude Juncker, y la primera ministra británica, Theresa May, con el objetivo de resolver las diferencias en las cuestiones claves.
"A pesar de todos los esfuerzos y los avances significativos que nosotros y nuestros equipos hemos hecho en los días pasados, hoy no ha sido posible lograr un acuerdo completo", ha reconocido Juncker en una rueda de prensa junto a May, al término de su encuentro.
Juncker, que ha descrito a la 'premier' como una negociadora "dura, nada fácil", ha confiado, sin embargo, en que el pacto sea posible de aquí a dos semanas, cuando los jefes de Estado y de Gobierno de la UE deben decidir en su cumbre del 15 de diciembre si permiten pasar a la segunda fase de la negociación, que permitirá abordar el marco futuro de las relaciones.
Con este objetivo los equipos negociadores seguirán manteniendo "consultas y discusiones" en los próximos días, de cara a "reanudar las negociaciones a finales de esta semana", ha apuntado Juncker.
"Se han hecho muchos progresos, está claro que queremos avanzar", ha añadido May, quien ha señalado que ya hay "entendimiento en muchas cuestiones", aunque persistan "un par" sobre las que persisten las diferencias y es necesario seguir hablando.
"Nos reuniremos antes de que acabe la semana y confío en que concluiremos esto positivamente", ha añadido May.
El presidente del Consejo europeo, Donald Tusk, también se ha visto con May en la capital europea y al término de la reunión ha revelado que él estaba preparado para "presentar mañana un borrador de las directrices" del bloque a 27 sobre el futuro.
Sin embargo, este documento ha quedado aparcado porque Juncker y May le han pedido "más tiempo" para resolver las divergencias que persisten. "(El tiempo) es ahora muy ajustado, pero un acuerdo en la cumbre de diciembre es aún posible", ha afirmado Tusk.
El presidente del Parlamento Europeo, Antonio Tajani, por su parte, ha confiado en las posibilidades de un acuerdo aunque deban seguir todavía los contactos para resolver los escollos.
La UE a 27 exige pactar las condiciones prioritarias de salida antes de pasar a la segunda fase, es decir, garantizar los derechos de los ciudadanos comunitarios, fijar la factura de salida que deberá asumir Londres y hallar una solución para la frontera irlandesa, antes de hablar de un periodo de transición y del marco de relaciones futuras.
El nuevo impulso permitió la semana pasada importantes avances en la cuestión financiera y se llegó a hablar de un acuerdo tras aceptar May una factura de entre 40.000 y 49.000 millones de libras (de 45.000 millones a 55.000 millones de euros); una cifra publicada en la prensa pero no reconocida por fuentes oficiales.
DECEPCIÓN DE IRLANDA
Así las cosas, en la recta final a dos semanas de que los líderes de la UE formalicen si es posible o no pasar a la segunda fase, la cuestión de la frontera irlandesa se presenta como último escollo.
Bruselas apunta al Gobierno de May como el responsable de presentar una solución que evite reinstaurar una frontera física y estricta entre Irlanda del Norte e Irlanda por la salida de Reino Unido del Mercado Único y de la Unión Aduanera.
El temor a que la vuelta a los controles en la única frontera terrestre entre Reino Unido y la UE ponga en riesgo los años de estabilidad tras los acuerdos de paz de Viernes Santo hacen de este capítulo un asunto sensible y se había especulado con un principio de acuerdo para asegurar que no habría "divergencias regulatorias" a ambos lados de la frontera irlandesa.
El primer ministro de Irlanda, Leo Varadkar, ha dicho estar "sorprendido y decepcionado" por el fracaso de las conversaciones, en la medida en que los negociadores de la UE le habían confirmado antes del encuentro de Juncker y May que se había cerrado un acuerdo para la frontera irlandesa.
Varadkar ha insistido en que la posición de su Gobierno es clara y pasa por que no puede haber una 'frontera dura' en la isla, un objetivo que aún espera que se concrete en los próximos días.
En este sentido, ha subrayado que el diálogo del Brexit no puede pasar a una segunda fase si no hay garantías de que este tema quedará cerrado y no volverá a salir "bajo ninguna circunstancia".
Varadkar también ha restado importancia a las palabras de la líder del Partido Unionista Democrático (DUP) de Irlanda del Norte, Arlene Foster, que este lunes criticó que el territorio pudiese tener un trato de favor en comparación con otros como Escocia y Gales.
El primer ministro de Irlanda ha recordado que una mayoría de norirlandeses votaron a favor de la permanencia en el bloque comunitario en el referéndum del Brexit.