MADRID, 8 Ene. (EUROPA PRESS) -
La junta militar golpista de Birmania ha decidido extender su declaración de alto el fuego contra los grupos de resistencia armados del país hasta finales de año, según han anunciado a última hora del pasado sábado, durante la visita oficial realizada por el primer ministro de Camboya, Hun Sen.
El alto el fuego fue declarado por vez primera en octubre del año pasado e iba a terminar en principio el 28 de febrero; un cese de hostilidades unilateral que ONG como Human Rights Watch han descrito como "un chiste" antes de denunciar al Ejército birmano por bombardear ininterrumpidamente a las minorías étnicas del país desde el golpe de Estado del 1 de febrero.
Durante su visita, Hun Sen se reunió con el líder militar birmano, el general Min Aung Hlaing, quien pidió "a todas las partes que acepten el alto el fuego en interés del país y el pueblo, pongan fin a todos los actos de violencia y ejerzan la máxima moderación", según un comunicado de la reunión recogido por el 'Phenom Pehn Post'.
El general golpista también ha asegurado que facilitará cualquier visita del enviado especial de la Asociación de Naciones del Sureste Asiático (ASEAN), el también camboyano Prak Sokhonn, al que concederá incluso el permiso para reunirse con las llamadas Organizaciones Armadas Étnicas (como los militares describen a los grupos de resistencia y milicias que operan en el país) pero siempre "teniendo en cuenta la situación imperante en Birmania", según la nota.
A su retorno a Camboya, el primer ministro ha reconocido no obstante que tanto la ASEAN como su socios "todavía les queda mucho trabajo" a la hora de detener la violencia y garantizar la llegada de la ayuda. Asimismo, Hun Sen denunció que "quienes se oponen al alto el fuego apuestan por las muertes y los heridos de la guerra".
El viaje de Hun Sen ha estado marcado por las críticas internacionales. El primer ministro es también ahora presidente de la ASEAN y algunos de sus países miembros han condenado sin paliativos a las autoridades birmanas y vetado su incorporación a las conversaciones del organismo sobre la crisis en Birmania.
Por ello, desde HRW se ha entendido que la visita de Hun Sen podría ser entendida como una concesión a las autoridades birmanas para seguir con su campaña de represión y un ataque directo a los esfuerzos de la propia ASEAN para intentar resolver de manera pacífica la situación.
También se ha criticado que Hun Sen no haya efectuado ningún tipo de esfuerzo para reunirse con los líderes políticos birmanos encarcelados, como la activista Aung San Suu Kyi, símbolo de una represión que ha provocado más de un millar de muertos y más de 10.000 detenidos, según asociaciones birmanas.