EEUU reclama a la junta que "ponga fin a su violencia" y "libere a todos los detenidos de forma injusta y arbitraria"
MADRID, 4 Ene. (EUROPA PRESS) -
La junta militar de Birmania ha anunciado este jueves una amnistía a más de 9.700 personas encarceladas en el país asiático, incluidos cerca de 115 ciudadanos extranjeros, en el marco de las celebraciones por el 76 aniversario de su independencia de Reino Unido.
El Consejo de Administración Estatal, principal organismo de la junta, ha indicado en dos decretos que 9.653 presos birmanos han recibido la amnistía "en nombre de la paz pública y por razones humanitarias", después de que "hayan prometido que, si son condenados de nuevo, aceptarán ser castigados con lo que les quedaba de pena además de la nueva sentencia".
Asimismo, ha especificado que 114 extranjeros se beneficiarán también de esta medida "para mantener relaciones buenas y amistosas con otras naciones", antes especificar que también aceptaron los mismos términos especificados anteriormente, así como su posterior extradición, según ha recogido el diario oficial 'The Global New Light of Myanmar'.
La junta militar, encabezada por Min Aung Hlaing y en el poder desde el golpe de Estado dado el 1 de febrero de 2021, no ha dado detalles sobre las identidades de los beneficiarios de esta medida. Según la agencia alemana de noticias DPA, familiares de numerosos presos políticos se han dirigido a la prisión de Insein a esperar noticias de sus seres queridos.
"Han entrado ya más de 20 autobuses en la prisión. Más de 700 personas están esperando frente a la prisión tras escuchar las noticias sobre la amnistía", ha dicho una familiar de uno de los encarcelados en Insein, la principal cárcel de Birmania.
La Asociación de Asistencia a Presos Políticos (AAPP) de Birmania indicó el miércoles en su último balance que 4.277 personas han muerto a manos de la junta desde el 1 de febrero de 2021, mientras que 25.730 personas han sido detenidas, de las cuales 19.930 continuaban en cárceles del país.
El anuncio sobre la amnistía ha coincidido con un mensaje publicado por el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, con motivo del Día de la Independencia en Birmania, en el que ha pedido a la junta que "ponga fin a su violencia" y "libere a todos los detenidos de forma injusta y arbitraria".
Así, Blinken ha solicitado a los militares que "permitan un acceso humanitario sin restricciones y reconozcan el deseo de la población a volver al camino del progreso y la democracia inclusiva", antes de reiterar la "solidaridad" de Washington con los birmanos "en su determinación de lograr democracia, autodeterminación, estabilidad y seguridad".
"Estados Unidos ha apoyado desde hace mucho al pueblo birmano y su derecho a dibujar su propio futuro hacia una unión cohesionada", ha señalado, antes de abundar en que "la campaña de violencia del Ejército desde el golpe de Estado de febrero de 2021 no ha reducido el firme compromiso del pueblo de Birmania para recuperar su prosperidad y lograr los objetivos de libertad, paz y justicia".
El golpe fue perpetrado por el Ejército para anular los resultados de las elecciones generales de noviembre de 2020, en las que la Liga Nacional para la Democracia (NLD) de la entonces líder 'de facto', la Premio Nobel de la Paz Aung San Suu Kyi, se hizo con la mayoría parlamentaria, argumentando que había habido fraude, una afirmación cuestionada por observadores internacionales.
La asonada se vio seguida por una dura campaña de represión contra opositores, activistas y manifestantes, a lo que se ha visto sumado un repunte de los enfrentamientos entre el Ejército y diversos grupos rebeldes en varios estados del país, especialmente en zonas del noreste del país, cerca de la frontera con China, y en el estado de Rajine (oeste).
La situación supone el mayor desafío para las Fuerzas Armadas desde el golpe dado que los diferentes grupos rebeldes han puesto en marcha ofensivas coordinadas tras formar alianzas para hacer frente a los militares. El pasado mes de octubre, tres de estos grupos anunciaron la puesta en marcha de una ofensiva en el estado de Shan, lo que ha suscitado comentarios por parte de las autoridades de China ante el peligro de una expansión del conflicto.