Actualizado: lunes, 14 marzo 2016 11:45

NARATHIWAT, (TAILANDIA) 14 (Reuters/EP)

El jefe de la junta militar de Tailandia, el general Prayuth Chan Ocha, ha informado este lunes de que el Ejército aumentará la seguridad en las provincias del sur del país, de mayoría musulmana, tras los ataques del fin de semana.

Al menos siete soldados resultaron heridos por diferentes ataques con pistolas y bombas en Narathiwat, una de las tres provincias cercanas a la frontera con Malasia.

"El primer ministro ha ordenado al Ejército aumentar la seguridad en las zonas pobladas", ha informado el portavoz de la junta, el general Sansern Kaewkamnerd. "El Gobierno no puede aceptar acciones que vayan en contra de la ley", ha añadido.

Los últimos ataques tuvieron lugar el domingo, cuando un hombre armado abrió fuego en una estación de tren en el distrito de Cho-airong, en Narathiwat.

Poco después, unos 30 insurgentes lanzaron granadas contra una base militar antes de huir a un hospital, ha informado el coronel Yutthanam Petchmuang, un portavoz del Mando de Operaciones de Seguridad Interna. Allí tomaron como rehén a una enfermera embarazada de 29 años e intercambiaron disparos con las fuerzas de seguridad.

"Alrededor de 30 hombres tomaron la segunda planta del hospital", ha explicado Yutthanam a Reuters. "Fue un incidente muy serio. Ayer hubo en total tres ataques y siete personas resultaron heridas".

Por el momento, ningún grupo ha reivindicado los ataques aunque las autoridades han culpado a los grupos insurgentes.

Las tres provincias situadas en el sur de Tailandia --país de mayoría budista-- sufren la violencia de una insurgencia que ha matado a más de 6.500 personas desde 2004. Esta región formaba parte del sultanato malayo hasta su anexión a Tailandia hace un siglo.

La historia local y los fracasos de los sucesivos gobiernos para acabar con la violencia han aumentado la desconfianza hacia el Gobierno de Tailandia en el sur.

El general Prayuth, que llegó al poder tras un golpe de estado en mayo de 2014, ha dado la orden después de que el Gobierno y organizaciones no gubernamentales informaran de una leve reducción en el número de ataques en el sur.

Según la agencia Deep South Watch, el porcentaje de incidentes violentos descendió un 16 por ciento en 2015 en comparación con 2014.

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