BANGKOK 26 Sep. (Reuters/EP) -
La junta militar que gobierna en Tailandia desde el último golpe de Estado ha decidido reintegrar en su cargo al director de la Oficina Nacional de Budismo, Pongporn Pramsaneh, tras haberlo cesado en agosto por presiones de grupos religiosos.
La junta que lidera el general Prayuth Chan Ocha se ha comprometido a reformar la situación del budismo, una religión que sigue el 90 por ciento de la población tailandesa y que es considerada como uno de los tres pilares de la sociedad, junto a los conceptos de monarquía y de nación.
El director de la Oficina Nacional de Budismo, Pongporn Pramsaneh, fue cesado a finales de agosto tras las presiones de varios grupos budistas que denunciaron que quería reformar el sistema de financiación de los templos, lo que había provocado el malestar de los monjes.
"En su momento, hubo problemas, por lo que fue necesario cesarle temporalmente para que las cosas volvieran a calmarse", ha asegurado el jefe de la junta castrense, el general Prayuth Chan Ocha, en declaraciones a la prensa tras una reunión de su Gobierno.
"No había hecho nada mal", ha asegurado el general, antes de señalar que los monjes han dicho que cooperarán con el reintegrado director de la Oficina de Budismo, que volverá a asumir sus funciones el 1 de octubre.
En un país en el que los templos budistas logran recaudar cada año miles de millones de dólares en donaciones mientras mantienen la gestión de sus financias con total secretismo, Pongporn había planeado aprobar una ley para obligar a más de 40.000 templos a hacer públicas sus finanzas.
A pesar de que se han registrado escándalos por casos de asesinatos, drogas y sexo, además de malversación de fondos, algunos monjes siguen considerando que la publicación de las cuentas supone una intromisión del Gobierno en sus gestiones cuando los templos están sometidos al llamado Consejo Supremo Sangha, constituido por los monjes más veteranos.
El giro del Gobierno llega en un momento en el que la Policía ha reforzado la investigación sobre supuesta corrupción y malversación de fondos por parte de 19 monjes y responsables de 23 templos budistas en Tailandia.