SANTIAGO, 11 Ago. (EUROPA PRESS) -
La Justicia chilena procesará a seis personas por el asesinato del expresidente Eduardo Frei Montalva durante la dictadura de Augusto Pinochet, en un hecho inédito en la historia del país sudamericano y que ha sido aplaudido por la familia del difunto mandatario.
Frei murió en enero de 1982 en la Clínica Santa María de Santiago, después de ser operado de una hernia. Tras la exhumación del cádaver en 2016, el juez Alejandro Madrid solicitó una investigación exhaustiva para determinar las causas exactas del fallecimiento.
Los documentos de la investigación recogen que Frei perdió la vida por una infección inducida por toxinas durante la fase de postoperatorio. Dichas toxinas habrían sido introducidas por agentes al servicio del régimen de Pinochet, que gobernó el país entre 1973 y 1990, para frenar al líder disidente.
Finalmente, seis personas han sido acusadas formalmente por el supuesto crimen, tres de ellas sospechosas de ser responsables directas de la muerte: el médico Patricio Silva, el chófer Luis Becerra y el espía Raúl Lillo. Como cómplice figura el médico médico Pedro Valdivia, mientras que en calidad de encubridores aparecen los facultativos Helmar Rosenberg y Sergio González.
El hijo del antiguo presidente, Eduardo Frei Ruiz-Tagle, ha celebrado que, después de 15 años, el juez haya dicho "asesinato" y ha asegurado que la decisión conocida este viernes "es un paso trascendental para construir la verdad y la justicia" en Chile. Su hermana Carmen Frei ha instado ahora al Ejército a "decir la verdad" sobre lo ocurrido en 1982, según el diario 'El Mercurio'.