MADRID, 15 Nov. (EUROPA PRESS) -
El líder de las juventudes del partido gobernante en Zimbabue, el ZANU-PF, ha pedido perdón este miércoles por las declaraciones en las que denigró a las Fuerzas Armadas, después de que los militares hayan intervenido para zanjar la crisis política desatada por el repentino cese del vicepresidente, Emmanuel Mnangagwa.
Kudzanayi Chipanga ha comparecido en la televisión estatal, controlada por los militares, para disculparse con los jefes de los tres cuerpos --Ejército, Marina y Fuerza Aérea-- por su declaración del día anterior, en la que acusó a los uniformados de violar la Constitución por su levantamiento contra el Gobierno de Robert Mugabe.
"Pido perdón públicamente al comandante general de las Fuerzas Armadas, Constantino Chiwenga, (...) a todas las Fuerzas Armadas y a todos los zimbabuenses por mi declaración de ayer (martes)", ha dicho Chipanga en un breve comunicado difundido por ZBC.
"Fui mal asesorado para leer un documento que me entregaron (..) Desde entonces he reflexionado y, personalmente, admito que me equivoqué, junto a toda mi ejecutiva, por denigrar a esta alta institución", ha afirmado el dirigente juvenil del ZANU-PF.
Chipanga ha achacado este error a que "los jóvenes se equivocan" y ha prometido aprender de sus tropiezos, incluido este último. "Realmente me he dado cuenta de este error", ha subrayado, aclarando que nadie le ha obligado a hablar en la cadena pública.
Las palabras de Chipanga son reveladoras porque las juventudes del ZANU-PF son uno de los principales apoyos de la primera dama, Grace Mugabe, que rivalizaba con Mnangagwa y, tras su fulminante despido de la semana pasada, vio despejado el camino hacia la Presidencia.
¿GOLPE MILITAR?
El Ejército ha tomado esta madrugada el control de las principales instituciones para frenar la purga de veteranos de guerra que el presidente, Robert Mugabe, inició abiertamente la semana pasada con el cese fulminante de Emmanuel Mnangagwa.
Los militares han asegurado que no se trata de un golpe de Estado, si bien el presidente sudafricano, Jacob Zuma, ha confirmado que Mugabe está confinado en su propia casa y su mujer, Grace Mugabe, habría abandonado el país con rumbo desconocido.
En el origen de esta crisis política está la pugna por suceder a Mugabe, de 93 años. Mnangagwa, apoyado por las Fuerzas Armadas, era uno de los favoritos, por lo que su destitución se interpretó como una nominación 'de facto' de la primera dama para ocupar el trono zimbabuense.