MADRID 3 Dic. (EUROPA PRESS) -
Los cables enviados por diplomáticos estadounidenses y filtrados por la página web Wikileaks que hacen referencia al presidente afgano, Hamid Karzai, le presentan como una persona errática, corrupta y muy dado a creer en teorías conspirativas paranoicas.
A veces, incluso sus propios ministros le acusan de complicidad en actividades criminales, por ejemplo por ordenar que se intimidase físicamente al máximo responsable de las negociaciones con los talibán, según las informaciones sobre los cables publicadas por el diario británico 'The Guardian'.
El actual embajador de Estados Unidos en Afganistán, Karl Eikenberry, adopta un tono de hartazgo cuando en los documentos se refiere a sus reuniones con Karzai. En una de ellas, en 2009, Karzai dijo que Washigton pretendía "dividir Pakistán y debilitar Afganistán para llevar a cabo su lucha contra grupos terroristas".
También sugirió que Estados Unidos e Irán estaban colaborando entre sí para apoyar a su principal rival político en las elecciones presidenciales. Eikenberry discutió con el presidente afgano y rechazó de plano sus acusaciones.
El embajador concluye que es poco probable que Karzai deje alguna vez de culpar a Estados Unidos y a sus aliados de los problemas de Afganistán y se ocupe de sus propios puntos flacos. "Su incapacidad para comprender los principios más básicos de la construcción de un Estado y su profunda inseguridad como dirigente hacen que sea poco probable que admita su culpa", dice.
PARANOICO Y ERRÁTICO
Eikenberry se refiere a Karzai como una persona que, por un lado, es "paranoico y débil" y, por otro, es "astuto" y se ve como un "héroe nacionalista que puede salvar al país de quedar dividido por el enfoque descentralizador de Abdulá" Abdulá, su principal oponente en las elecciones presidenciales de 2009.
Omar Zajilwal, el respetado ministro de Finanzas, aseguró a los estadounidenses que Karzai es "un hombre extremadamente débil que no hace caso de los hechos, sino que se deja influir fácilmente por cualquiera que le cuente las historias o complots más extraños en su contra".
Un cable enviado por la Embajada en 2008 al secretario de Defensa estadounidense, Robert Gates, señala que al presidente afgano aún le falta "determinación" y "confianza en sus subordinados para delegar parte de su autoridad".
"El resultado: un ciclo de exceso de trabajo/fatiga/indecisión por parte de Karzai y atasco y deriva entre otros altos cargos (gubernamentales) en casi todas las decisiones cruciales", agrega.
CORRUPTO
Pero quizá las palabras más duras sobre el estilo de gobierno de Karzai son las de sus propios colegas. En 2009, su jefe de gabinete, Umar Daudzai, confesó a los americanos que estaba "avergonzado" porque el presidente había indultado a cinco policías fronterizos que fueron descubiertos transportando 124 kilos de heróina en un vehículo oficial.
Este hecho hizo que las relaciones entre Kabul y Washington empeorasen notablemente, y muchos asumieron que Karzai había liberado a los policías porque los familiares de éstos le habían ayudado en su campaña electoral.
Por otro lado, el viceministro del Interior, Mohamad Daud, responsable de la lucha contra el tráfico de drogas, dijo al 'número dos' de la Embajada estadounidense, Anthony Wayne, que se había enterado de que "algunos miembros de la familia del presidente habían estado recibiendo dinero de quienes buscaban el indulto y la liberación de traficantes condenados".
Asimismo, un cable revela que Masoon Stanekzai, un alto cargo del Gobierno responsable de desarmar a los grupos milicianos y reintegrar a los insurgentes talibán en la sociedad, llegó a temer por su vida cuando Karzai le insistió en que eliminara de una 'lista negra' a dos candidatos de la provincia de Helmand para que se pudiesen presentar a las elecciones. Ambos eran conocidos narcotraficantes y miembros de grupos armados ilegales.
Stanekzai contó a la Embajada que había recibido amenazas y visitas en su oficina de esos dos hombres, que, en una ocasión, se presentaron con un grupo miliciano formado por 54 combatientes que se supone que él mismo había logrado desintegrar.
"Karzai no ha hecho ninguna amenaza abiertamente, pero él (Stanekzai) cree que el presidente está detrás de las visitas que ha recibido de conocidos señores de la guerra, incluidos los dos narcotraficantes, acompañados por sus milicianos", se lee en el documento. Este incidente es, según el documento de la Embajada, "un ejemplo de cómo Karzai se entromete en las elecciones recurriendo a la intimidación para proteger a conocidos matones".