Kenyatta, investigado por el TPI, y el primer ministro Odinga se disputan la Presidencia
LONDRES, 3 Mar. (EUROPA PRESS) -
Kenia celebra este lunes unas elecciones presidenciales que suponen una oportunidad para reconciliarse con su pasado, en lo que es la primera votación en el país desde la violencia desatada en las elecciones presidenciales de 2007, cuando más de 1.100 personas murieron, 3.500 resultaron heridas y 600.000 se vieron forzados a abandonar sus hogares.
El enfrentamiento se cerró con un acuerdo entre los candidatos para un Gobierno de concentración con Mwai Kibaki de presidente y Raila Odinga como primer ministro. Kibaki abandona ahora el cargo tras cumplir el mandato estipulado en la Constitución y Odinga parte como uno de los grandes favoritos para reemplazar al jefe de Gobierno saliente.
Las elecciones de marzo serán las primeras que se celebran bajo la nueva Constitución de Kenia, promulgada en 2010. En ellas, los kenianos votarán por un presidente y un dirigente local en los recientemente creados 47 condados.
Los efectos de la matanza de 2007 todavía perduran en la escena política actual de Kenia. El gran rival de Odinga para en los comicios, el viceprimer ministro Uhuru Kenyatta y el candidato a la Vicepresidencia de este último, William Ruto, han sido acusados por el Tribunal Penal Internacional (TPI) de orquestar los enfrentamientos étnicos. Ambos han negado los cargos.
CONSECUENCIAS
El mes pasado, Odinga atacó duramente a Kenyatta por su imputación en el marco del primer debate electoral. "Para mí supondría un gran desafío gobernar vía Skype desde La Haya. No es práctico", ha dicho Odinga, durante el debate electoral, en alusión a su principal contrincante.
"Si los kenianos me eligen, significará que confían en mi capacidad para afrontar la imputación y gobernar. Limpiaré mi nombre y al mismo tiempo implementaré mi manifiesto (político)", ha contestado el viceprimer ministro.
De ganar los comicios, Kenyatta y Ruto arrancarían su mandato compareciendo ante el TPI el próximo mes de abril, cuando está previsto que comience el juicio por estos hechos, aunque la Fiscalía de TPI está analizando la posibilidad de retrasar el juicio.
Además, Odinga ha recordado que algunos de los candidatos presidenciales han boicoteado en el Parlamento sus esfuerzos por crear un tribunal especial que juzgue los crímenes cometidos en el marco de la ola de violencia post electoral en el país africano.
"El presidente (Mwai) Kibaki y yo hemos pasado hasta ocho horas en el Parlamento intentando crear un tribunal especial, pero no ha sido posible", ha lamentado el primer ministro, en declaraciones recogidas por la cadena británica BBC.
Al margen de estas acusaciones, el primer debate entre los candidatos presidenciales ha transcurrido sin sorpresas. Los aspirantes han expuesto sus planes en sanidad, educación y seguridad y han prometido respetar los resultados de las urnas para que no se repitan los sucesos de 2007.
La prensa local ha calificado el debate electoral de "histórico" porque es la primera vez que cuenta con todos los candidatos: además de Odinga y Kenyatta, Musalia Mudavadi, Peter Kenneth, Muhamed Abduba Dida, James Ole Kiyiapi y Martha Karua, la única mujer.
CIERRE DE CAMPAÑA
Ambos celebraron ayer sus actos de cierre de campaña en Nairobi. "Quiero prometer que cambiaremos Kenia a mejor", ha proclamado Kenyatta ante las decenas de miles de simpatizantes congregados en el Estadio Uhuru ("libertad" en suajili) de la capital, muchos de ellos vestidos con el rojo de su partido, La Alianza Nacional (TNA, por sus siglas en inglés), según recoge la cadena británica BBC.
Apenas a un kilómetro de distancia, los seguidores de Odinga, con el naranja como color predominante, han abarrotado el Estadio Nacional Nyayo. "¡Sed pacíficos, porque estamos ganando!", ha proclamado el candidato del Movimiento Democrático Naranja. "En el caso improbable de que perdamos, aceptaremos el resultado", ha asegurado.
El tercer candidato en importancia de los ocho que optan a la Presidencia es el exvicepresidente Wycliffe Musalia Mudavadi, que ha celebrado un acto en el oeste del país.
El propio Kibaki, presidente saliente, ha pedido a sus conciudadanos que participen en las elecciones de forma pacífica y ha instado a quienes no ganen los comicios a aceptar su derrota.
Todos los candidatos se han comprometido a respetar los resultados de la votación y han pedido a sus seguidores que no recurran a la violencia pase lo que pase. En cualquier caso, el Gobierno ha anunciado el despliegue de unos 99.000 policías por todo el país.
Para ser elegido, cualquiera de los candidatos debe obtener más del 50 por ciento de los votos y al menos el 25 por ciento en la mitad de los condados en los que está dividido el país. Si ninguno supera la mayoría, el 11 de abril habrá una segunda vuelta entre los dos candidatos más votados. Este lunes se renuevan también los diputados de la Asamblea Nacional y al Senado y gobernadores y asambleas regionales.
CRÍTICAS DE HRW
La organización Human Rights Watch (HRW) ha afirmadoque el "limitado progreso" en las reformas prometidas por el Gobierno de Kenia y su "fracaso" a la hora de hacer frente a los abusos de Derechos Humanos han contribuido a aumentar las tensiones en el país de cara a las elecciones generales, al tiempo que ha pedido que tome medias para garantizar la seguridad de los comicios.
En este sentido, ha destacado la necesidad de arrestar y garantizar un juicio justo para todas aquellas personas que inciten u organicen episodios de violencia, así como implementar medidas para asegurar que las elecciones transcurren en un clima pacífico, libre y justo.
En su informe, HRW ha enumerado los peligros a los que se enfrenta el país a causa de la incapacidad del Ejecutivo a la hora de poner en marcha sus reformas. Asimismo, ha destacado que entre 2012 y principios de 2013, 447 personas han muerto y 118.000 se han visto desplazadas a causa de los enfrentamientos entre comunidades en el país.
La organización ha resaltado que muchos de estos incidentes estuvieron vinculados con las maniobras pre electorales de los candidatos, en relación con sus intentos para movilizar a sus seguidores.
"La violencia no es inevitable, pero los signos de advertencia son demasiado brillantes como para ignorarlos", ha dicho el director para África de HRW, Daniel Bekele. "El Gobierno ha fracasado a la hora de hacer frente a las causas primarias de la violencia que ha lastrado las elecciones desde 1992, y especialmente las atrocidades de 2007 y 2008", ha indicado.
HRW ha manifestado que la cooperación total con el TPI es importante para asegurar que el tribunal puede avanzar en los juicios. El propio fiscal del TPI ha indicado que las autoridades del país africano se han movido con lentitud para responder a sus solicitudes de ayuda.
"Es el momento de que los aliados internacionales de Kenia ayuden a cumplir con sus responsabilidades para proteger a la población. Naciones Unidas, la Unión Africana y los aliados de Kenia han de colaborar para evitar la violencia y estar preparados para responder en caso de que estos esfuerzos preventivos fracasen", ha remachado Bekele.