NUEVA YORK, 14 Nov. (Reuters/EP) -
El presidente de Sudán del Sur, Salva Kiir, ha permitido que los convoyes de ayuda humanitaria entren sin restricciones de ningún tipo a las zonas más afectadas por la guerra civil, después de que Estados Unidos amenazara con retirarle su apoyo.
Según una orden presidencial fechada el 9 de noviembre, a la que ha tenido acceso Reuters, todos los bolardos deben retirarse y las autoridades sursudanesas deben cooperar con las organizaciones humanitarias.
Además, Kiir ha amenazado con sancionar a quienes impidan en modo alguno --con obstáculos físicos o con trabas burocráticas-- que la ayuda llegue a la población civil.
"Confiamos en que la orden tenga un impacto positivo, reduciendo las muchas restricciones a las que se enfrentan los actores humanitarios", ha dicho coordinador humanitario de la ONU en Sudán del Sur, Alain Noudehou, en un comunicado.
Este cambio en la actitud de Kiir se produce dos semanas después de que la embajadora de Estados Unidos en la ONU, Nikki Haley, visitara Yuba. La emisaria del Gobierno de Donald Trump advirtió de que, si la ayuda humanitaria seguía sin llegar, la Casa Blanca perdería la confianza en el Ejecutivo sursudanés.
"Esta es una buena señal", ha señalado Haley en alusión a la orden de Kiir. "Pero queremos ver acciones, no solo palabras", ha reclamado, subrayando que el objetivo es que la ayuda humanitaria llegue de manera incesante. "Esa es la verdadera prueba (...) Estaremos vigilando", ha apostillado.
Kiir ya relajó los obstáculos a la ayuda humanitaria después de la visita que los embajadores del Consejo de Seguridad de la ONU hicieron en septiembre de 2016 a la nación africana, pero poco a poco fue restaurando todos los obstáculos.
La guerra en Sudán del Sur, que desde hace cuatro años enfrenta a las fuerzas de Kiir y a las de su antiguo vicepresidente, Riek Machar, ha provocado una hambruna y ha obligado a cuatro millones de personas a abandonar sus hogares.