MADRID, 13 Jun. (EUROPA PRESS) -
Adam Kinzinger, uno de los dos republicanos que forma parte de la comisión especial de la Cámara de Representantes que investiga el asalto al Capitolio, ha confirmado la existencia de pruebas de que varios congresistas y miembros de su partido buscaron el indulto presidencial tras medrar para anular los resultados de las elecciones en las que se impuso el ahora presidente, Joe Biden.
"No vamos a acusar o decir cosas sin pruebas que las respalden", ha dicho Kinzinger en una entrevista con la CBS en relación a una pregunta sobre las afirmaciones de su compañera de partido y vicepresidenta del comité, Liz Cheney, sobre los intentos de los republicanos por evitar las consecuencias legales de sus actos durante aquellos convulsos días para la democracia estadounidense.
Al igual que no hizo Cheney la semana pasada, Kinzinger también ha evitado dar un número exacto de aquellos compañeros de partido que solicitaron el perdón del entonces jefe de la Casa Blanca, Donald Trump, pero se ha preguntado los motivos por los que demandaron esta prebenda presidencial.
"¿Por qué pedirías un indulto? Si alguien lo pide es porque tiene una preocupación real de que tal vez haya hecho algo ilegal", ha dicho, Kinzinger, quien ha adelantado que en la segunda audiencia pública del comité prevista para este miércoles se abordará los intentos de la anterior administración por revocar los resultados de aquellas elecciones sirviéndose del Departamento de Justicia.
"El presidente trató absolutamente de derrocar la voluntad del pueblo, y trató de hacerlo en un principio a través de información falsa, a través del Departamento de Justicia, presionando al vicepresidente, y luego lo del 6 de enero", ha dicho el representante por Illinois.
Así, ha lamentado que el círculo más cercano de Trump, sabiendo que no existió fraude electoral alguno, no hiciera lo suficiente para detener sus intentos por torpedear aquellas elecciones. "Él lo sabía, pero no quería perder", ha contado.
"Personas en las que confiaba, que respetaba, personas a su alrededor, le dijeron repetidamente que las elecciones no fueron amañadas, que no había pruebas que corroborasen ningún tipo de robo. Creo que es bastante obvio que lo sabía, pero no quería perder", ha afirmado.
En ese sentido, Kinzinger ha adelantado que en caso de una hipotética victoria del expresidente Trump en las próximas elecciones, tiene "cero dudas" de que intentará colocar a sus aliados en todas las oficinas del Gobierno Federal, tirando así por tierra "el juramento a Estados Unidos".
"Si tenemos personas en el poder, ya sea en la política, en las fuerzas del orden o en las Fuerzas Armadas (...) que no están dispuestas a poner su juramento por encima de la lealtad a una persona, ninguna ley importa", ha señalado.
El pasado jueves se celebró la primera audiencia pública del comité especial encargado de depurar responsabilidades por lo ocurrido aquel 5 de enero alrededor del Capitolio. Cheney mencionó que "múltiples" congresistas pidieron el indulto presidencial tras intentar sin éxito anular los resultados electorales, entre ellos el representante por Pensilvania Scott Perry.
Según la investigación, Perry, quien ha calificado estas acusaciones como una "absoluta, desvergonzada y desalmada mentira", habría sido uno de los aliados clave de Trump que posibilitó la designación como fiscal general de Jeffrey Clark, quien durante su tiempo en el cargo como interino se encargó de propagar las teorías de la conspiración del expresidente Trump.