MADRID, 20 Ago. (EUROPA PRESS) -
El primer ministro de Japón, Fumio Kishida, ha visitado este domingo la planta nuclear de Fukushima para evaluar 'in situ' la situación de los preparativos del polémico vertido al mar de agua tratada de la central, entre críticas de organizaciones civiles, así como China o Corea del Norte por la posible contaminación que podría causar.
Kishida no ha dado todavía fecha de este vertido, imprescindible según las autoridades para seguir progresando con las tareas de limpieza en la central tras el catastrófico terremoto de 2011.
Este próximo lunes, Kishida tiene previsto reunirse con la Federación Nacional de Asociaciones Cooperativas Pesqueras para apaciguar sus temores y reiterar la idea transmitida este domingo de que el vertido "es un desafío que no se puede posponer en aras de proceder con el desmantelamiento (de los reactores) y el progreso de la reconstrucción de Fukushima", recoge la agencia oficial de noticias Kyodo.
En cualquier caso, la decisión final "se tomará después de confirmar que la seguridad está garantizada y se tomarán medidas para abordar el posible impacto adverso en las empresas", ha añadido.
El agua se ha mantenido en tanques después de pasar por un sistema avanzado de procesamiento de líquidos que elimina la mayoría de los radionúclidos excepto el tritio, pero los recipientes de almacenamiento están llegando a su capacidad máxima. Se sabe que el tritio es menos dañino que otros materiales radiactivos, como el cesio o el el estroncio.