Kofi Annan
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Actualizado: miércoles, 16 noviembre 2016 5:19

MADRID 16 Nov. (EUROPA PRESS) -

El ex secretario general de Naciones Unidas y Premio Nobel de la Paz Kofi Annan, quien además lidera la comisión de asesoría que busca frenar los abusos contra los Derechos Humanos en el estado birmano de Rajine, ha pedido a las autoridades que actúen "acorde a la ley" y a las comunidades, que renuncien a la violencia.

"Como líder de la comisión, deseo expresar mi profunda preocupación por la reciente violencia registrada en el estado de Rajine", ha señalado el exlíder de la ONU en un comunicado.

Annan ha apuntado que esta violencia está llevando al estado a una "renovada inestabilidad", además de estar creando "nuevos desplazamientos".

"Todas las comunidades deben renunciar a la violencia, e insto a los servicios de seguridad a actuar de total conformidad con el estado de Derecho", ha señalado.

El que fue Premio Nobel de la Paz en 2001 encabeza esta comisión, encargada de ofrecer recomendaciones al Gobierno birmano para resolver los desafíos a los que se enfrenta en un estado que, tras los recientes acontecimientos, ha visto incrementar los niveles de violencia.

El pasado 9 de octubre se registraron varios ataques que acabaron con la muerte de nueve guardias fronterizos. El Gobierno cree que un grupo de cerca de 400 musulmanes rohingya planeó y ejecutó los ataques. Sólo en los últimos días han muerto cerca de 70 personas a manos del Ejército nacional.

En este contexo, Annan ha asegurado que "la violencia no crea ningún ambiente que conduzca a la paz y a la cohesión intercomunal", algo que ha definido como un "requisito previo" para el progreso económico y la prosperidad en el estado.

"El interés del pueblo de Rajine fomenta mejor a través del diálogo inclusivo, con la promoción del respeto mutuo y la cooperación, y dotando a las comunidades locales de oportunidades para vivir sus vidas con dignidad y alcanzar sus legítimas aspiraciones", ha señalado.

El Ejército se ha desplegado por el norte de Rajine, cerca de la frontera con Bangladesh, después del ataque del 9 de octubre, bloqueando el acceso a la zona a los trabajadores y a la mayoría de los periodistas.

Por su parte, los musulmanes rohingya han acusado al Ejército de violaciones y de incendiar las viviendas de los civiles, algo que tanto el Gobierno como el Ejército niegan.

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