MADRID, 19 Jun. (EUROPA PRESS) -
El Kremlin ha atribuido a problemas de seguridad la imposibilidad de los equipos de la ONU de repartir ayuda humanitaria en las zonas de Ucrania inundadas tras la destrucción de la presa de Kajovka y que están bajo dominio de las fuerzas rusas, horas después de que Naciones Unidas haya aireado de nuevo sus quejas.
El portavoz de la presidencia rusa, Dimitri Peskov, ha explicado este lunes ante los medios que no disponía de la información "exacta", pero sí ha defendido que, ante todo, es necesario "garantizar la seguridad" de los representantes de la ONU.
Una condición que, a su juicio, no es posible actualmente por los ataques lanzados por las fuerzas ucranianas, que hacen la situación "muy complicada". "Hay bombardeos constantes, provocaciones constantes", ha denunciado Peskov, según la agencia de noticias rusa Interfax.
La coordinadora humanitaria de Naciones Unidas en Ucrania, Denise Brown, ha lamentado en varias ocasiones que no puedan repartir ayuda en las zonas controladas por Rusia, apelando incluso a la necesidad de respetar el Derecho Internacional. "No se puede negar la ayuda a las personas que la necesitan", ha denunciado en un comunicado.
El Gobierno ucraniano también ha acusado en las últimas semanas a las autoridades rusas de abandonar a su suerte a las personas que teóricamente dependen de ellas. En total, decenas de localidades se han visto afectadas por la subida repentina del nivel del agua tras el derrumbe parcial de la presa.