MADRID, 1 Jun. (EUROPA PRESS) -
El presidente de Perú, Pedro Pablo Kuzcynski, ha trasladado sus condolencias a los familiares de los dos agentes muertos la mañana del miércoles en una emboscada de presuntos narcotraficantes en la zona del departamento de Ayacucho próxima al valle de los ríos Apurímac, Ene y Mantaro, conocida como el VRAEM, y ha apelado a la necesidad de desarrollo económico en esta zona para poder "combatir la guerra".
En una alocución difundida a través de las redes sociales, el mandatario peruano ha expresado sus "más sentidas condolencias" a las familias, pero ha matizado que "las palabras no pueden resucitar una vida".
"Aquí dos valientes suboficiales de la Policía del Perú, Gino Apaza y John Bernales, han sido víctimas esta mañana de un atentado en Ayacucho, en una parte cercana al VRAEM", ha explicado.
Esto es, a todo entender, una venganza por la incautación de drogas que yo anuncié un par de días", ha agregado, coincidiendo con la postura del Ministerio de Interior, que ha considerado que el ataque tuvo lugar en represalia por los últimos operativos contra el narcotráfico en el país.
"No podemos seguir así", ha añadido, señalando que "para combatir la droga" es necesario "desarrollo económico en esta zona tan pobre llamada el VRAEM y que tiene tanto potencial".
"Protejamos a nuestros campesinos y protejamos a nuestros ciudadanos", ha agregado. En la zona del VRAEM se han construido decenas de pistas clandestinas en una de las mayores zonas cocaleras del país, donde el narcotráfico consigue el apoyo de los campesinos que cultivan hoja de coca.
Por último, ha felicitado a la Policía nacional por su trabajo y ha trasladado de nuevo "un saludo muy sentido" a los familiares de los agentes caídos.
En un comunicado, el Ministerio de Interior ha explicado que el incidente tuvo a las 11.30 horas a la altura del kilómetro 14,5 de la carretera entre Luricocha y Huanta, cuando los dos agentes regresaban de una patrulla de carretera rutinaria.
"Los atacantes, aún no identificados, lograron huir pese a que los compañeros de los policías abatidos repelieron el ataque", ha explicado el Ministerio.
La cartera que dirige Carlos Basombrío ha responsabilizado al narcotráfico del ataque, que habría tenido lugar en represalia por "los recientes operativos exitosos contra este delito, realizados en los últimos días por el sector Interior".
Entre estas operaciones destaca una en la que las autoridades se incautaron de más de 720 kilos de cocaína, armamento y municiones en la zona de Junín, en el acceso al VRAEM.
Por su parte, el viceministro, Rubén Vargas, ha insistido en declaraciones a la cadena RPP que el ataque ha sido una venganza por los recientes "golpes al tráfico ilícito".
"Este ataque cobarde ha sido a una unidad de la Policía Nacional de Carreteras, que presta servicio a los usuarios de las vías", ha detallado, indicando que se están llevando a cabo las "operaciones necesarias para identificar a estos atacantes y llevarlos ante la Justicia".