MADRID, 15 Oct. (EUROPA PRESS) -
Naciones Unidas ha advertido de que, a pesar de la aparente estabilización de la ciudad afgana de Kunduz, siguen sin cumplirse las condiciones que garantizarían un reparto seguro de la ayuda humanitaria para los civiles afectados por la violencia.
Los talibán llegaron a hacerse durante unos días con el control de Kunduz, en un éxito militar sin precedentes en más de una década. A pesar de que las la zona centro de la ciudad permanece "relativamente en calma" tras la ofensiva de las fuerzas afganas, el conflicto sigue latente.
La Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) ha alertado de que siguen existiendo riesgos para el reparto de la ayuda por las disputas en algunas zonas, la existencia de artefactos explosivos y el riesgo de emboscadas.
Algunos socios de la ONU lograron acceder por carretera a Kunduz el 11 y el 12 de octubre y, según la OCHA, también se han enviado por aire suministros médicos. "El agua y la electricidad ha vuelto a algunas partes de la ciudad, pero otros servicios básicos siguen sin estar disponibles", ha apuntado la agencia.
La OCHA ha reclamado asistencia para las 14.000 familias que han huido de la violencia en la parte noroeste de Afganistán y ha subrayado que estos desplazados internos requieren de comida, refugio, agua y atención sanitaria, entre otras necesidades.
Para atajar estos desafíos, la comunidad internacional debe cubrir la financiación solicitada por el Plan de Respuesta Humanitario 2015. De los 417 millones de dólares solicitados, sólo se han entregado 203 millones, ha informado la OCHA.