MADRID, 13 Ago. (Por Colleen Emary, asesora técnica de nutrición de World Vision) -
Recuerdo sentir mucha hambre cuando amamantaba a mis hijos. Comer más y más a menudo era una prioridad para mí en aquella época. Hay una buena razón para que muchas madres lactantes sientan hambre, ya que producir leche requiere energía: una media de 500 kilocalorías diarias más que una mujer que no da el pecho. Es más energía de la que se necesita en los últimos meses del embarazo. Aunque no hay alimentos especiales necesarios para las madres lactantes, UNICEF recomienda consumir calorías adicionales a través de una dieta sana compuesta por una variedad de alimentos.
En un momento en que el mundo se enfrenta a una crisis de hambre sin precedentes, mis pensamientos se dirigen a las madres de todo el mundo que amamantan a sus hijos mientras ellas mismas pasan hambre. Para millones de madres lactantes, la inseguridad alimentaria es una dura realidad. Alrededor del 29,6% de la población mundial, es decir, 2.400 millones de personas, sufrieron inseguridad alimentaria moderada o grave en 2022, lo que significa que no tienen acceso a alimentos adecuados, seguros, asequibles y apropiados para satisfacer sus necesidades. Sabemos que la inseguridad alimentaria afecta de manera desproporcionada a las mujeres: en 2022, la inseguridad alimentaria moderada o grave afectó al 27,8% de las mujeres, frente al 25,4% de los hombres.
La actual crisis alimentaria mundial dificulta cada vez más el acceso de las madres lactantes a una dieta saludable. Estas madres no sólo están sintiendo los efectos agudos del hambre, como malestar, cansancio y dificultad para concentrarse, sino que además se están desnutriendo. UNICEF estima que la desnutrición entre las mujeres embarazadas y lactantes ha aumentado un 25% entre 2020 y 2022 entre 12 de los países más afectados.
¿PUEDE UNA MADRE DESNUTRIDA DAR EL PECHO?
Sí, contrariamente a un mito común, la mayoría de las madres desnutridas pueden seguir amamantando y seguirán produciendo leche materna que satisfaga las necesidades nutricionales de sus hijos. Sólo en casos de desnutrición grave se verá afectada la producción de leche.
Cuando la ingesta de nutrientes de la madre es insuficiente, sus propias reservas de nutrientes se movilizan para apoyar la producción de leche, a expensas de su propio estado nutricional. Por esta razón, las madres lactantes desnutridas necesitan alimentación suplementaria para recuperarse de la desnutrición y proteger la lactancia.
¿POR QUÉ ES IMPORTANTE LA LACTANCIA MATERNA DURANTE UNA CRISIS DE HAMBRE?
En un momento en que las tasas de desnutrición infantil están aumentando, la lactancia materna proporciona una protección vital contra la desnutrición y la muerte. Cada año podrían salvarse más de 820.000 vidas de niños y niñas menores de cinco años si todos los niños de 0 a 23 meses fueran amamantados según las recomendaciones de la OMS. Además, es importante para la propia salud de la madre, ya que le ayuda a recuperarse del parto y a reducir el riesgo de desarrollar ciertos tipos de cáncer y diabetes tipo 2. Aumentar la lactancia materna podría evitar 20.000 muertes anuales de mujeres por cáncer de mama.
Además, la lactancia materna es un salvavidas en tiempos de escasez de alimentos. Proporciona una seguridad alimentaria total a los lactantes, ya que es un alimento completo hasta los seis meses de edad. Es más seguro y menos costoso proporcionar a la madre más alimentos que exponer al lactante a los riesgos asociados a los preparados comerciales para lactantes. Después de los seis meses, sigue siendo una importante fuente de energía para el niño en crecimiento, ya que le aporta nutrientes esenciales y contribuye a prevenir la malnutrición y las carencias de micronutrientes. Cuando escasean los alimentos, es una fuente vital de nutrición para los niños y niñas pequeños.
DEBEMOS PRESTAR MÁS ATENCIÓN A LA NUTRICIÓN FEMENINA
Por desgracia, la nutrición femenina (incluida la de las mujeres lactantes) es una cuestión desatendida. En los últimos 20 años apenas ha cambiado la prevalencia mundial de la desnutrición en las mujeres. Hoy en día, las carencias de micronutrientes afectan al 69% de las mujeres y niñas, con graves consecuencias para su propia salud y la de las generaciones futuras. Apoyar a las mujeres para que amamanten durante la actual crisis de hambre debe formar parte de un programa más amplio para mejorar la nutrición de todas las mujeres.
Los responsables políticos, los donantes, los encargados de la respuesta humanitaria, los líderes comunitarios y las comunidades afectadas por crisis tienen un papel que desempeñar para garantizar el apoyo a las madres lactantes en situaciones de emergencia.