Un sistema sobrecargado ralentiza los procesos mientras que las víctimas reciben compensaciones insuficientes
LONDRES, 19 Sep. (Reuters/EP) -
India tiene una de las tasas más altas de ataques con ácido en el mundo, lo que conlleva un elevado número de causas penales por este motivo y provoca que las víctimas tengan que esperar hasta una década para que los tribunales hagan justicia, según han denunciado esta semana expertos legales, subrayando que muchas de las víctimas no reciben ninguna compensación.
A nivel mundial, hay unos 1.500 casos registrados de ataques con ácido al año, más de un millar de los cuales se estima que se producen en India. Sin embargo, muchos ataques no quedan registrados porque las víctimas tienen demasiado miedo de las represalias para dar la cara, según un informe.
La mayoría de las víctimas son mujeres, atacadas por disputas domésticas o de tierras, una propuesta de matrimonio rechazada o aproximaciones sexuales rechazadas, según el documento.
Los atacantes a menudo tienen como objetivo la cabeza y la cara con el objetivo de mutilar, desfigurar y cegar, según Acid Survivors Trust International (ASTI), la organización que ha encargado el informe. Como resultado de ello, las víctimas quedan con cicatrices físicas y psicológicas de por vida.
Pese a la gravedad del delito, el ácido sigue estando fácilmente disponible en India, donde se usa en fábricas y para procesar algodón y goma, a pesar de que en 2013 el Tribunal Supremo ordenó reducir sus ventas.
"El ácido sigue estando fácilmente disponible y un litro de ácido puede ser adquirido por menos de 50 peniques (unos 50 céntimos de euro) y puede comprarse en la mayoría de las ciudades y localidades de India", explica el director ejecutivo de ASTI, Jaf Shah, a Thomson Reuters Foundation.
LOS ATAQUES CON ÁCIDO, DELITO DESDE 2013
India determinó delito penal los ataques con ácido en 2013 y el Tribunal Supremo sentenció este año que las víctimas deberían recibir tratamiento médico gratuito y una compensación mínima de 300.000 rupias (unos 4.030 euros).
Analizando 55 casos de violencia con ácido en India, el informe, basado en una investigación realizada en 2014, determina que de media se tarda entre cinco y diez años que concluya una causa legal.
"Esto es bastante asombroso e incriminatorio del modo en el que el sistema judicial y los procedimientos de investigación funcionan a la hora de afrontar los casos de ataques con ácido en India", subraya Shah.
Solo en nueve de los casos se pagó compensación y esta fue de entre 50.000 rupias (unos 671,5 euros) a 5 millones de rupias (67.150 euros).
El estudio facilitado por el servicio legal pro bono de la Thomson Reuters Foundation, TrustLaw, examina las leyes relativas a la violencia con ácido en Reino Unido, Camboya, Colombia e India. Además de en este último país, las tasas más altas de este tipo de ataques se dan en Afganistán, Bangladesh, Colombia, Pakistán, Nepal y Uganda.
Poongkhulali Balasubramanian, coordinadora pro bono de J. Sagar Associates, que recopiló el estudio, señala que los problemas en India a la hora de perseguir los casos de violencia con ácido están relacionados con un chirriante sistema de justicia más que con la naturaleza del delito.
SISTEMA JUDICIAL ASFIXIADO
"Son problemas que aquejan a cualquier gran jurisdicción o país con una gran población, que se está asfixiando con la cantidad de casos", explica a Thomson Reuters Foundation. "El hecho de que estos casos estén perseguidos a través del mismo sistema significa que acaban sufriendo del mismo tipo de demoras y mala investigación", añade.
La solución es la creación de más tribunales, especialmente cortes especializadas en la violencia contra las mujeres, combinado con programas de protección de testigos más fuertes, defiende Balasubramanian.
Una justicia más rápida también disminuiría las opciones de que las pruebas se alteren con pactos dentro y fuera del tribunal entre la víctima y el acusado, agrega.
El informe recomienda que los países consideren adoptar un sistema usado en Reino Unido, que permite a las víctimas reclamar una compensación al margen del sistema de justicia penal.
CAMPAÑA DE CONCIENCIACIÓN
En respuesta a la escala de violencia en India, el grupo, "Make love not scars" (haz el amor no cicatrices), ha lanzado una campaña para concienciar sobre la violencia con ácido. Así, ha colgado un tutorial de maquillaje con Reshma Bano Qureshi, quien quedó con graves cicatrices y perdió un ojo después de que su cuñado le lanzara ácido sulfúrico a la cara.
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En el vídeo de YouTube, que ya ha sido visto más de un millón de veces desde que se colgó hace algo más de una s emana, Qureshi demuestra como conseguir "labios rojos perfectos" antes de subrayar que conseguir un lápiz de labios rojo es tan fácil como comprar ácido concentrado.
LA HISTORIA DE ANU
Anu Mukherjee, que ahora tiene 32 años, fue atacada hace once años y esperó cinco para que sus atacantes fueran condenados y encarcelados. "Trabajaba como bailarina en un hotel en Delhi cuando ocurrió", relata.
Según explica, su baile era de los que más gustaban a los clientes pero otra de las bailarinas, Meena, estaba "muy celosa". "Solía decir a los demás que yo me exhibía y hacía comentarios horribles de mí todo el tiempo", añade.
"Veinte días antes del ataque me amenazó y me dijo que si no me iba del hotel, me iba a lanzar ácido", recuerda, confendo que por aquel entonces no sabía "qué era el ácido" y que se usara para atacar a personas.
"Tenía tanto miedo que informé a la Policía" que convocó a Meena a comisaría, donde "llegó a arrodillarse y a agarrarme los pies rogando perdón, así que lo dejé pasar", prosigue. Pero el 19 de diciembre de 2004, Meena y su hermano se le acercaron y antes de que pudiera darse cuenta de lo que ocurría, le rociaron con ácido.
"Vertieron el ácido sobre mi cabeza, mi cara, mi cuello y mi pecho. Sentí como si me quemara viva. Mis ojos y mejillas se deshacían. Yo solo gritaba '¡por favor, ayudadme!'. La gente llegó corriendo. Algunos chicos me echaron agua y leche para intentar parar las quemaduras. Un conductor de rickshaw se quitó su camisa para cubrirme", recuerda.
"Ahora estoy ciega, estoy desfigurada. Si miras detrás de mis gafas de sol, verás que mis ojos están cosidos. El hueso de mi nariz se derritió y a veces es difícil respirar", explica Anu, que precisa que tras cinco años de juicio, Meena y su hermano fueron condenados a cinco años de cárcel, "pero solo sirvieron un año y ahora están en libertad condicional".
"Además les ordenaron pagar una multa de 200.000 rupias (casi 2.690 euros) de los cuales yo solo recibí 150.000 rupias", lamenta. Anu ha tenido que someterse a 17 operaciones en los últimos once años, lo que le ha costado unos 3 millones de rupias (unos 40.290 euros). "He gastado todo el dinero que ahorré de mi trabajo como bailarina, vendí todas mis joyas y pedí prestado dinero para pagar mi tratamiento. Nadie me ha ayudado y todavía estoy endeudada", se queja.
"Los doctores dicen que necesito ocho intervenciones más para mis ojos y nariz y me han dicho que seré capaz de ver de nuevo, pero no tengo dinero suficiente para ello", lamenta, subrayando que su hermano menor tuvo que dejar la escuela para cuidar de ella mientras sus agresores "son personas rizas y disfrutan de sus vidas".
"Así que, decidme, ¿cómo puede ser esto justicia? MI vida no vale 150.000 rupias y estas personas que me hicieron esto no han pagado verdaderamente por su delito", subraya, confesando que le hubiera gustado trabajar en Bollywood pero ahora eso ya no será posible.