MADRID, 10 Jun. (EUROPA PRESS) -
El expresidente del Parlamento y exministro de Asuntos Exteriores iraní Ali Lariyani ha criticado este lunes al Consejo de Guardianes de la Revolución, organismo que ha vetado su candidatura a presidente del país. Las elecciones se celebrarán el 28 de junio tras la muerte del presidente Ebrahim Raisi, el 19 de mayo en un accidente de helicóptero.
"Esperaba que todos juntos pudiéramos afrontar los problemas del país, en particular la presión económica sobre el pueblo causada por las sanciones, pero en mi caso, el Consejo de Guardianes lo ha impedido por medios opacos", ha planteado Lariyani en una carta abierta manuscrita publicada en su cuenta en la red social X.
Es la segunda vez que la candidatura de Lariyani es rechazada, después de que en 2021 fuera descalificado con el argumento de que su hija estaba en Estados Unidos.
De hecho, el líder de la República Islámica, el ayatolá Alí Jamenei, declaró entonces que "si hay una información falsa sobre el hijo de alguien (...) se le debería compensar". Sin embargo, el Consejo de Guardianes de la Revolución mantuvo el veto a Lariyani.
Un exdiputado considerado cercano a Lariyani, Alí Motahari, ha publicado también en X que "el Consejo de Guardianes tendría que haber reparado la injusticia que sufrió el señor Lariyani en las últimas elecciones tras la recomendación del líder de la Revolución". "Dijeron que le rechazaban porque podría seguir el camino Rohani. ¿Es el Consejo de Guardianes el que debe decidir al respecto?", ha añadido.
Lariyani y otras personalidades como el exprimer ministro Mahmud Ahmadineyad, Ishaq Yahanguiri, Abdulnaser Hemmati o Abbas Ajundi fueron descalificados igualmente por el Consejo de Guardianes de la Revolución por "falta de cualificación".
El listado de candidatos aceptados fue publicado el domingo e incluye a Mohamad Bagher Ghalibaf, Said Yalili, Alireza Zakani, Amirhosein Ghazizadé-Hashemi, Mostafa Purmohamadi y Masud Mezikian. Los cuatro primeros ya fueron candidatos en 2021 y todos ellos, excepto Mezikian, están considerados afines al sector más fundamentalista de la política iraní.
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