PARÍS 25 May. (EUROPA PRESS) -
La líder del Frente Nacional, Marine Le Pen, ha reclamado este domingo al presidente francés, François Hollande, la disolución de la Asamblea Nacional tras la contundente victoria lograda por su partido en las elecciones europeas, según apuntan todos los sondeos a pie de urna.
"Nuestro pueblo exige una política de los franceses, por los franceses y para los franceses", ha defendido Le Pen en una breve declaración a los medios tras conocer que su partido obtendría el 25,4 por ciento de los votos, por delante de la opositora UMP, con el 21 por ciento, y los socialistas de Hollande con el 14,5 por ciento.
"El presidente de la República debe adoptar ahora las disposiciones que se imponen para que la Asamblea se convierta en nacional, representativa del pueblo y realizar la política de independencia que el pueblo ha escogido esta noche", ha defendido Le Pen, que ha conseguido ella misma un escaño para la Eurocámara.
Por último, ha aprovechado para agradecer a los franceses el respaldo dado a su partido. "Los franceses han dado al Frente Nacional la formidable responsabilidad de aplicar la elección que han hecho esta noche", ha añadido.
VALLS RECONOCE UN "SEÍSMO"
Para el primer ministro francés, Manuel Valls, lo ocurrido en estas elecciones es un "seísmo". En una declaración grabada, Valls ha reconocido que "esta votación es más que una nueva alerta, es una conmoción, un seísmo para todos los responsables políticos". "Es un momento grave, muy grave para Francia y Europa", ha añadido el primer ministro socialista.
Valls, que llegó al cargo hace casi dos meses, ha admitido el "resultado mediocre de los partidos de gobierno, en especial de la mayoría y la izquierda". No obstante, ha asegurado que el Gobierno ha mantenido una política "coherente" y ha defendido la necesidad de las reformas emprendidas.
Por su parte, el presidente del UMP, Jean-François Copé, ha reconocido que el resultado electoral es "para nuestra familia política una gran decepción". En declaraciones a France 2, ha incidido en que "es también la expresión de una gigantesca ira y de una exasperación muy fuerte del pueblo francés".
En este sentido, ha admitido que su partido debe "reflexionar sobre la forma de proponer a los franceses un camino de alternancia en el que estamos sumidos".