PARÍS, 26 (EUROPA PRESS)
La candidata presidencial del Frente Nacional, Marine Le Pen, se ha presentado este miércoles por sorpresa en la sede de una fábrica de Whirlpool en huelga, coincidiendo con una reunión que su rival electoral, Emmanuel Macron, estaba manteniendo en una localidad cercana con representantes sindicales de la misma compañía.
"Estoy exactamente donde debo estar, entre los trabajadores de Whirlpool que resisten a esta globalización salvaje, a este modelo económico vergonzoso", ha dicho Le Pen desde la zona de aparcamiento del complejo de Amiens, junto a los piquetes. "No estoy comiendo pasteles con representantes que, en realidad, sólo se representan a ellos mismos", ha apostillado.
Macron, que se encontraba en la cámara de comercio de Somme, ha recriminado a su rival el "uso político" del conflicto social y ha anunciado que él también acudiría a la fábrica para reunirse con los trabajadores. El líder de En Marche! ha subrayado que "hay que hacer las cosas en orden".
Macron ha advertido de que el proyecto político de Le Pen "no arregla" la situación de la planta y, de hecho, contribuye "a la destrucción de miles de empleos", una tesis que ha repetido ya ante los trabajadores concentrados junto a las instalaciones. "El cierre de fronteras es una promesa engañosa", ha esgrimido.
El exministro ha sido recibido por algunos gritos de "Marine presidenta" y ha tratado de defender a toda costa su implicación en el caso. "No he venido a hacerme 'selfies'", ha proclamado, micrófono en mano, antes de prometer que "rendirá cuentas" si finalmente logra la Presidencia de Francia.
DESLOCALIZACIÓN
Como telón de fondo, la intención de Whirlpool de reducir la producción en su planta de Amiens a partir del 1 de junio de 2018 para trasladarla a Polonia. La empresa busca ahora un comprador para la fábrica, de la que dependen cientos de personas --290 empleos directos y 250 indirectos--.
"Me comprometo a salvar este lugar. Whirlpool Amiens no cerrará", ha dicho Le Pen, en un comunicado en el que ha acusado a Macron de "mentir" por asegurar que los candidatos no podían desplazarse a la propia planta. La dirigente ultraderechista ha contrapuesto "esta inhumanidad por parte de la oligarquía" con su posición, en la que "no hay nada más importante que los trabajadores que sufren una decisión escandalosa de una multinacional ávida de beneficios".
El Frente Nacional ha recordado que propone un impuesto del 35 por ciento para las importaciones de productos de empresas deslocalizadas, como "medida disuasoria" para "mantener los empleos en el territorio francés".