WASHINGTON, 9 Jul. (Reuters/EP) -
Legisladores estadounidenses han criticado duramente este miércoles el anuncio de que el Ejército de Estados Unidos planea expulsar de sus filas a unos 40.000 militares en los próximos dos años, a lo que se sumarían 17.000 empleados civiles, que tendrán que abandonar sus puestos de trabajo.
Esta decisión, tomada en el contexto de la reducción presupuestaria planteada por el Gobierno de Barack Obama, ha sido vista por buena parte de los legisladores como una medida "arriesgada" en un momento en el que ha aumentado el conflicto en Oriente Próximo y las tensiones con Rusia.
El senador John McCain, jefe republicano del Comité de Servicios Armados, ha dicho que la decisión de recortar 40.000 soldados y 17.000 civiles de las Fuerzas Armadas estadounidenses es "otra consecuencia peligrosa de la estrategia presupuestaria impulsada por el presidente Barack Obama".
Por su parte, el precandidato presidencial republicano Jeb Bush ha dicho a los veteranos en la ciudad de Hudson, Nueva Hampshire, que Estados Unidos "no puede liderar sin su fuerza militar" y añade que los recortes previstos dejaría al país "con el Ejército más pequeño que ha tenido el país desde el inicio de la Segunda Guerra Mundial".
REDUCCIÓN IMPORTANTE EN EL EJÉRCITO
El Ejército de Estados Unidos planea expulsar de sus filas a unos 40.000 militares en los próximos dos años, en una reducción que afectará tanto a las tropas desplegadas en el extranjero como a las que permanecen en suelo norteamericano, según informó el pasado martes 'USA TODAY'.
Al parecer, el recorte obedece a la necesidad de reducir el presupuesto del Departamento de Defensa, lo que dejará unos 450.000 soldados en el Ejército hacia final del año fiscal de 2017, que se cierra en junio.
Las bajas afectarán a todo el personal del Ejército, pero especialmente a las tropas, de donde saldrán 40.000 efectivos. En el ámbito de los empleados civiles habrá unos 17.000 que tendrán que abandonar sus puestos de trabajo.
'USA TODAY' ha afirmado que una reducción de tales dimensiones podría afectar a la capacidad del Ejército para continuar con sus misiones en el extranjero: las que están en marcha y los despliegues previstos en distintas regiones.
De confirmarse, la reducción de tropas llega justo cuando el presidente estadounidense, Barack Obama, debe replantearse la estrategia de su Gobierno contra el Estado Islámico, después de un año de bombardeos sobre sus posiciones en Siria e Irak.
"Esto no será rápido, será una campaña a largo plazo", dijo Obama el lunes en una reunión con la cúpula militar en el Pentágono sobre la lucha que Estado Unidos lidera contra la organización terrorista y que ha dado escasos resultados.