Fuentes de Arab News apuntan a que Siria logrará un "regreso condicional" en un nuevo paso a la normalización de relaciones
MADRID, 5 (EUROPA PRESS)
Los ministros de Exteriores de la Liga Árabe votarán este domingo sobre el retorno de Siria a la organización de la que fue expulsada tras el estallido de la guerra en el país, y a la que podría regresar de manera "condicional", según fuentes de Arab News, en medio de los temores de miembros como Yemen, Marruecos, Kuwait y Qatar sobre la proximidad de las relaciones entre Damasco y Teherán.
El ministro de Exteriores de Jordania, Ayman Safadi, ha había afirmado esta semana que Siria podría reunir los votos suficientes para reingresar en la Liga Árabe durante el encuentro de este domingo en El Cairo. Safadi expresó en una entrevista con la cadena CNN que además es "muy probable" que, si la votación sale favorable, el presidente sirio, Bashar al Assad, acuda a la próxima cumbre de la Liga el 19 de mayo en Riad, Arabia Saudí.
"Todo el movimiento en el mundo árabe para intentar tener un papel protagonista en los esfuerzos para lograr un final político a la crisis siria tuvo lugar en un contexto, una realidad en la que no había ningún esfuerzo efectivo para resolver la crisis", ha asegurado Safadi, que opina que este contexto ha cambiado.
La vuelta de Siria sería "simbólica", pero según el ministro serviría para poner fin a la crisis que el país vive desde hace más de una década. Además, ha detallado que todos los países de la Liga Árabe están a favor de este reingreso, aunque hay discrepancias sobre el mejor camino para hacerlo.
Su reincorporación a la organización significaría un nuevo paso en la normalización de las relaciones de Siria con el mundo árabe, después de que esta semana se hayan reunido los ministros de Exteriores de Jordania, Arabia Saudí, Irak y Egipto con su homólogo sirio en Amán.
El impulso para la vuelta de Siria a la Liga Árabe cuenta con el respaldo de Arabia Saudí y un apoyo con matices de Egipto. Ambos son aliados de los países occidentales, si bien han mantenido una postura independiente en aspectos de la política regional. Esta postura es interpretada por analistas como un cambio de tercio por parte de países árabes que consideran que una mayor coordinación sería más beneficiosa que los encontronazos con Irán, que mantiene buenas relaciones con Rusia y China.
Sin embargo, existen reticencias a los planes saudíes para restañar las diferencias y volver a acoger a Siria en la Liga Árabe, un plan apoyado por las autoridades emiratíes. Así, fuentes citadas por 'The Washington Post' han detallado que Yemen, Marruecos, Kuwait y Qatar rechazan la vuelta de Damasco al organismo, al tiempo que han apuntado que Egipto está mostrando escepticismo. Todos estos países piden a Al Assad un proceso político con la oposición de cara a una rehabilitación internacional.
De hecho, el mes pasado, los ministros de Exteriores de Qatar, Kuwait y Jordania reprocharon el renovado interés de los saudíes y recordaron que Teherán tiene dentro de Siria a asesores militares que ejercen una enorme influencia sobre Damasco. "Todos preguntaron qué estaba sacando Arabia Saudí de todo esto", según una de las fuentes consultadas. "Parece que nos estamos bajando los pantalones para los iraníes", aseguró una fuente diplomática al 'Financial Times'.
Otro gran problema reside en que Siria se ha convertido en el epicentro del tráfico de Captagon, una anfetamina enormemente adictiva distribuida por toda la región -- países como Irak incautan cada mes cientos de miles de pastillas --, y que se ha convertido para el régimen sirio en un sustento vital para su supervivencia.
Hasta el punto, afirman las fuentes del 'Financial Times' de que "Siria se ha convertido en un narcoestado que genera entre 4.000 y 5.000 millones de dólares al año. No podemos pagar un precio por ello", según otra fuente próxima al encuentro, quien se teme incluso un escenario en que "Siria acabe mandando incluso que les pidamos perdón".
Al Assad no ha mostrado hasta ahora disposición alguna a un cambio político en el país, una posibilidad que parece aún más alejada gracias al apoyo de Irán y Rusia y a la disposición de varios países de la región de reconocer que se mantiene firmemente al frente de Siria, sumido en una profunda crisis y prácticamente devastado por la guerra.
El presidente sirio ha intentado sin embargo acercarse a otras capitales para obtener apoyos y, especialmente, financiación para reflotar la economía siria y empezar la reconstrucción. En este contexto, ha utilizado los terremotos registrados en febrero en el sur de Turquía, que dejaron miles de muertos en el país árabe, como punta de lanza para reclamar fondos y ayuda internacional.