EL CAIRO, 9 Dic. (Reuters/EP) -
El ministro de Exteriores de Líbano, Gebran Bassil, ha pedido a los países árabes que consideren la posibilidad de imponer sanciones económicas a Estados Unidos por aceptar a Jerusalén como capital israelí.
En el marco de la reunión de ministros de Exteriores de la Liga Árabe que se está celebrando en El Cairo, el ministro ha expresado su deseo de que todos los países árabes unan fuerzas para evitar el paso siguiente: el traslado futuro de la Embajada de Estados Unidos de Tel Aviv a Jerusalén.
"Hay que tomar medidas preventivas contra esta decisión, comenzando por medidas diplomáticas, luego políticas, luego económicas y financieras", ha declarado el ministro libanés.
Trump anunció este miércoles que Estados Unidos reconocía a Jerusalén como la capital de Israel, modificando décadas de una política exterior estadounidense que había dejado decidir el estatus de la ciudad en las negociaciones entre israelíes y palestinos.
La medida desató la ira generalizada en el mundo árabe y musulmán, al tiempo que provocó críticas de las potencias europeas y del Vaticano, que presta mucha atención a los sitios cristianos en una ciudad que es considerada santa para las tres religiones monoteístas.
Los funcionarios israelíes han alabado la decisión de Trump y han destacado que, en su opinión, Jerusalén siempre ha sido la capital de Israel.
No obstante, el ministro israelí para Jerusalén, Zeev Elkin, ha apuntado a que Trump había dejado fuera de su intervención "premeditadamente" el señalar que la ciudad solo puede ser capital de Israel, abriendo la puerta a su partición.
"Incluso dio a entrever que las fronteras en Jerusalén también serán fijadas como resultado de negociaciones, lo que presupone una opción de partición", ha afirmado. Elkin ha reconocido que le habría gustado que Trump describiera Jerusalén como la capital unidad de Israel, pero ha minimizado las posibilidades de partición de la ciudad, afirmando que la Administración estadounidense solo perseguirá esta idea si el Gobierno del primer ministro Benjamin Netanyahu lo consiente.