MADRID, 27 Mar. (EUROPA PRESS) -
Las autoridades de Burundi han liberado de forma provisional este miércoles a las tres niñas detenidas hace dos semanas tras ser acusadas de pintarrajear en sus libros de texto una foto del presidente del país, Pierre Nkurunziza.
Las liberaciones han tenido lugar en torno a las 16.00 horas (las 15.00 horas en la España local), según ha recogido el portal burundés de noticias Iwacu, que ha agregado que los padres tendrán que pagar el viaje de vuelta de las niñas a sus casas.
Las tres niñas fueron expulsadas junto a otras dos de un colegio de Akamuri por haber pintarrajeado la cara del mandatario. Todas ellas habían sido acusadas de insultar a Nkurunziza por garabatear fotos de su rostro en libros de texto, un delito que puede acarrear hasta cinco años en prisión.
El abogado de las niñas, Nyanzira Prosper, ha detallado en declaraciones a la cadena de televisión británica BBC que han sido liberadas bajo fianza hasta que comparezcan ante un tribunal, dado que los cargos contra ellas no han sido retiradas.
Asimismo, ha recalcado que "no hay pruebas de su culpabilidad", más allá de que los libros que han sido garabateados llevan su nombre. Las niñas tienen 15, 16 y 17 años y su detención ha provocado críticas a nivel internacional.
Las detenciones llevaron al lanzamiento de la campaña #FreeOurGirls (#LiberadANuestrasNiñas) en las redes sociales, en las que numerosos usuarios han compartido fotografías manipuladas del mandatario en solidaridad con las niñas.
No es la primera vez en los últimos años que algunos niños son expulsados del colegio por actos similares, y algunos han acabado encerrados. En 2016, 11 alumnos fueron encarcelados por este motivo y, este mismo año, 300 estudiantes del barrio Ruziba de la capital fueron mandados de vuelta a casa por garabatear la imagen de Nkurunziza.
Cientos de burundises han muerto en choques con las fuerzas de seguridad y más de un millón han huido desde que Nkurunziza anunció en 2015 que optaría a la reelección, que ganó, en lo que sus adversarios denunciaron que es una quiebra constitucional.
Este mes, la Alta Comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, acusó a Burundi de forzar a Naciones Unidas a cerrar su oficina de Derechos Humanos en el país tras 23 años.
Burundi suspendió toda cooperación con la oficina de Derechos Humanos de la ONU después de un informe en el que acusaba al Gobierno y sus seguidores de ser responsables de crímenes contra la Humanidad.
Por último, aseguró que seguía habiendo informes creíbles de serias violaciones de Derechos Humanos en Burundi, incluyendo asesinatos arbitrarios, desapariciones forzosas y restricciones a la libertad de asociación, expresión y movimiento.