MADRID, 6 Oct. (EUROPA PRESS) -
El gobierno de unidad de Libia y el gobierno asentado en el este del país han criticado duramente este jueves las declaraciones del ministro de Asuntos Exteriores de Reino Unido, Boris Johnson, en las que dijo que la ciudad libia de Sirte podría convertirse en el "nuevo Dubái" si las autoridades "retiraran los cadáveres de las calles".
El gobierno de unidad ha amenazado con reconsiderar las relaciones bilaterales, especialmente a nivel económico, si el Gobierno británico no se retracta, acusando además a Londres de apoyar a la organización islamista Hermanos Musulmanes.
"¿Quién dijo a los empresarios británicos que son bienvenidos en Libia?", se ha preguntado, en referencia a las palabras de Johnson sobre el interés de inversores británicos en el país.
Por su parte, el comité de Asuntos Exteriores de la Cámara de Representantes --el Parlamento del este del país-- ha tildado las palabras de Johnson de "flagrante interferencia en los asuntos internos de Libia".
Así, ha dicho que dichas declaraciones son "inaceptables" y "una violación de la soberanía de Libia", reclamando una disculpa, según ha informado el diario local 'The Libya Observer'.
En sus declaraciones, Johnson destacó que inversores británicos "tienen una visión brillante para reconvertir Sirte con la ayuda de las autoridades locales en el nuevo Dubái", agregando que podrían lograr dicho cambio si "consiguen limpiar las calles".
"Lo único que tenemos que hacer es retirar los cadáveres. Entonces será como estar allí", señaló.
Las fuerzas leales al gobierno de unidad lanzaron su ofensiva contra la ciudad libia en mayo de 2016 en un intento por arrebatársela al grupo terrorista Estado Islámico, que se hizo con su control a principios de 2015 y la ha convertido en uno de sus bastiones en el país.
Los yihadistas consiguieron expandirse por una franja de aproximadamente unos 250 kilómetros junto a la costa central de Libia, escasamente poblada, antes de que las fuerzas locales lanzaran su ofensiva.
Libia no ha logrado encontrar la estabilidad desde la caída del régimen de Muamar Gadafi en 2011 y Estado Islámico ha aprovechado para hacer de Libia su base más importante tras Siria e Irak.