MADRID 20 Jun. (EUROPA PRESS) -
El Gobierno de Túnez y las autoridades reconocidas internacionalmente de Libia han anunciado el aplazamiento hasta el lunes de la reapertura del paso fronterizo de Ras Jdeir, cuyo lado libio fue tomado en marzo por "criminales", en medio de las tensiones en la zona por el control de las operaciones regulares y de contrabando en la frontera.
"Aplazamiento de la fecha de apertura del paso fronterizo de Ras Jdeir a los desplazamientos de los ciudadanos hasta el próximo lunes 24 de junio de 2024 a fin de completar algunos trámites para su reapertura total", ha comunicado el Ministerio de Interior libio en su cuenta de la red social Facebook.
Además, ha informado de que el paso seguirá abierto "según lo anunciado en los últimos días", por lo que se harán excepciones para casos humanitarios, de emergencia, médicos y diplomáticos.
El Ministerio de Interior tunecino ha confirmado el aplazamiento en base a las "peticiones de las autoridades libias" de no abrir el paso este jueves, tal y como estaba previsto.
El acuerdo, firmado por el ministro del Interior tunecino, Jaled Nuri, y el primer ministro libio, Abdul Hamid Dbeibé, contempla que no se impondrán impuestos o multas al tráfico en el paso, y su objetivo es "facilitar el desarrollo del comercio entre ambos países, acelerar los trabajos para mantenerlo y darle herramientas de forma que el nivel de trabajo en este campo llegue a los estándares internacionales", según comunicaron las autoridades tunecinas.
El documento contempla además la apertura de seis centros de registro electrónico para los vehículos de ciudadanos libios y la resolución del problema derivado de las similitudes en los nombres de los ciudadanos de ambos países.
Las autoridades libias reconocidas internacionalmente confirmaron en marzo haber perdido el control de su lado del paso y aseguraron que retomarían la zona "incluso si es necesario usar la fuerza", tras el cierre de las instalaciones a raíz de un enfrentamiento entre "criminales".
El Gobierno encabezado por Dbeibé, con sede en Trípoli, ha intentado desde 2011 hacerse con un control estable del paso fronterizo, en medio de peticiones de comunidades amazigh de la zona, especialmente de Zuwara, para que quede en sus manos.
Este paso fronterizo con Túnez, uno de los más importantes, ha sido desde hace décadas una importante ruta de contrabando, por lo que el control de la zona y los beneficios derivados de la regulación de este tráfico han estado en el centro de diversos intereses.