MANILA, 20 Abr. (Reuters/EP) -
El anciano y manco líder del grupo islamista Abú Sayyaf, Radullan Sahiron, ha indicado a través de un emisario que quiere entregarse a las autoridades de Filipinas y que está cansado de vivir a la fuga, según ha informado este jueves un general del Ejército.
El general de brigada Cirilito Sobejana, comandante del Ejército en la isla de Jolo, bastión de Abú Sayyaf, ha dicho que se ha reunido con un emisario que busca negociar la entrega de Sahiron, quien tiene más de 70 años y es buscado por Estados Unidos por el secuestro de turistas occidentales hace 17 años.
"Está débil, está cansando y agotado porque se están moviendo de un sitio a otro", ha explicado Sobejana a la prensa, añadiendo que las negociaciones para su entrega están en la fase inicial.
Filipinas ha desplegado a cerca de 10.000 soldados en Jolo, en el sur, para intentar acabar con Abú Sayyaf. El grupo islamista ha demostrado ser un formidable rival para el Ejército y tiene secuestradas actualmente a más de dos decenas de personas, en su mayoría marinos vietnamitas.
El grupo decapitó a un filipino la semana pasada y a un alemán en febrero después de que el plazo para pagar el rescate que reclamaba por él venciera. Dos canadienses sufrieron la misma suerte el año pasado.
El presidente filipino, Rodrigo Duterte, dijo el miércoles que podría "invadir" Jolo con el Ejército para "acabar el juego" tras evitar un plan de Abú Sayyaf de secuestrar a turistas en la isla de Bohol la semana pasada.
El ministro de Defensa, Delfin Lorenzana, dijo a Reuters en febrero que Sahiron tenía serias diferencias con los líderes más jóvenes de Abú Sayyaf, que quieren alinearse con el grupo terrorista Estado Islámico. Lorenzana indicó que el Ejército tiene información creíble que indica que Estado Islámico quiere lograr presencia en el sur de Filipinas.
Según Sobejana, el problema con Abú Sayyaf en el sur "quedaría resuelto al 60 o 70 por ciento" si Sahiron y sus seguidores en Jolo deponen las armas. Sin embargo, ha reconocido que también es posible que sus sucesores puedan tener otra agenda.