El líder del partido islamista moderado Ennahda inicia una huelga de hambre en prisión en Túnez

MADRID 19 Feb. (EUROPA PRESS) -

El líder del partido islamista tunecino y expresidente del Parlamento del país, Rachid Ghanuchi, ha iniciado este lunes una huelga de hambre en prisión, donde se encuentra desde abril de 2023, en protesta contra la detención de opositores por parte de las autoridades, en una oleada de represión recrudecida desde que el actual mandatario, Kais Saied, se arrogara todas las competencias en 2021.

Ennahda ha señalado en un comunicado publicado en su cuenta en la red social Facebook que Ghanuchi, de 82 años, "ha decidido iniciar una huelga de hambre en su lugar de detención en la prisión de Mornavia (...) en solidaridad con los detenidos en huelga de hambre y en apoyo a todos los opositores y presos de conciencia que se encuentran en prisiones de Túnez".

Así, ha recalcado que Ghanuchi "inicia la batalla de los estómagos vacíos" y ha señalado que el líder del partido islamista moderado "pide a los tunecinos que se ciñan a un Túnez democrático que incluya a todos, a partir de una coexistencia basada en la libertad, la justicia la importancia de la ley y la independencia del aparato de Justicia".

La decisión ha llegado después de que varios opositores, entre ellos Yauar ben Mbarek e Isam Chebi, altos cargos del Frente de Salvación Nacional (FSN) --una coalición de partidos y organizaciones civiles opositoras de Túnez--, iniciaran una huelga de hambre el 8 de febrero para reclamar su puesta en libertad.

Ghanuchi, principal figura opositora a Saied --como ya lo fuera de Zine el Abidine ben Alí durante su régimen entre 1987 y 2011--, ha sido condenado a tres años de cárcel por supuesta financiación ilegal de Ennahda y a un año de prisión por "apología del terrorismo", pena aumentada a 15 meses en octubre tras el proceso de apelación.

La oposición, aglutinada mayoritariamente en torno al Frente FSN, ha denunciado desde hace más de dos años una deriva autoritaria del mandatario y ha exigido su dimisión, especialmente ante la oleada de detenciones de opositores, activistas y periodistas y las bajas tasas de participación en el referéndum constitucional y las elecciones celebradas desde entonces en Túnez.