Archivo - El primer ministro de Hungría, Viktor Orbán, en Bruselas - Europa Press/Contacto/Zhao Dingzhe - Archivo
BRUSELAS, 31 Ene. (EUROPA PRESS) -
Los jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea darán este jueves una última oportunidad al primer ministro húngaro, Viktor Orbán, para acordar la ayuda de 50.000 millones a Ucrania de forma unánime antes de pasar a activar los planes alternativos para garantizar el apoyo a Kiev.
Los líderes llegan a esta cumbre extraordinaria en un ambiente de frustración dado que el escenario de partida es idéntico al que vetó Orbán en su reunión de diciembre y sobre el que ha habido pocos avances, mientras apremia apoyar económicamente a Ucrania ante la incertidumbre también en torno al respaldo financiero de Estados Unidos.
La posición húngara impidió un acuerdo en la última reunión de jefes de Estado y de Gobierno, que concluyó sin avances para una revisión del Marco Financiero Plurianual (MFP), el presupuesto a largo plazo de la UE para el periodo 2024-2027, en la que se incluye la ayuda a Ucrania y aunque la prioridad sigue siendo convencer a Orbán para cambiar de idea, la propia presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, anunció a principios de enero un plan B para garantizar el desembolso de la ayuda.
El propio Orbán se ha ofrecido a levantar su veto a la ayuda financiera de la UE a Ucrania pero si esta no se introduce de forma fija dentro del MFP, sino que propone que se revise de manera anual a través de un voto unánime, es decir, que se estableciera un mecanismo de veto de tal forma que los países del bloque puedan decidir si seguir enviando dinero o no cada doce meses.
Al hilo de esta oferta, fuentes diplomáticas han señalado que hay una propuesta para celebrar un debate anual sobre la ayuda para Ucrania, como reclama Budapest, aunque "de ninguna manera" se concedería por unanimidad, algo que se ha establecido como una "clara línea roja".
No obstante, si el plan de lograr un acuerdo a 27 falla, se han perfilado una serie de alternativas a riesgo de que este 'modus operandi' pueda tener consecuencias para el futuro funcionamiento de la toma de decisiones en el seno de la UE.
Así, el escenario "ideal", en el que la ayuda de 50.000 millones a Ucrania --33.000 millones en préstamos y otras 17.000 en subvenciones-- se acuerde por unanimidad en el marco del MFP, permitiría arrancar el desembolso de dinero a Ucrania en el mes marzo.
PLANES ALTERNATIVOS
De fallar ese plan A, podrían activarse otras dos opciones. Por un lado, la activación de un nuevo mecanismo de ayuda macrofinanciera para 2024 (como el de 18.000 millones en 2023), a través de la concesión de subvenciones a corto plazo en el espacio del actual presupuesto, lo que permitiría un desembolso inmediato.
Otra alternativa pasar por la variación del modelo del Instrumento de Apoyo Temporal para Mitigar los Riesgos de Desempleo en una Emergencia (SURE), a través de garantías voluntarias de los Estados miembro al presupuesto de la UE para que la Comisión pueda tomar prestados los fondos necesarios.
Sin embargo, esta última opción requiere de aprobación por parte de los parlamentos nacionales y supone asegurar las aportaciones bilaterales propuestas para iniciar los pagos, un proceso que se demoraría más en el tiempo y que dependería de la capacidad de los Estados miembro para agilizar sus contribuciones.
En lo que coinciden todas las fuentes diplomáticas consultadas por Europa Press es en que se espera un debate "acalorado" y unas negociaciones "complicadas" en las que el escenario "ideal" sigue siendo un acuerdo a 27 aunque "se barajan todas las opciones", al tiempo que algunas de ellas apelan a la "sabiduría" y la "responsabilidad".