MADRID, 12 May. (EUROPA PRESS) -
Los líderes latinoamericanos han expresado su "preocupación" por la inestabilidad política en Brasil provocada por la decisión del Congreso de cesar temporalmente a la presidenta, Dilma Rousseff, y celebrar un juicio político en su contra por irregularidades contables.
La reacción más contundente ha sido la de Venezuela, que "ha rechazado "categóricamente el golpe de Estado parlamentario en curso, que mediante farsas jurídicas de las cúpulas oligárquicas y las fuerzas imperiales pretende el derrocamiento" de Rousseff "para sustituir la soberanía popular, poniendo en riesgo la Constitución y la democracia".
El Gobierno de Nicolás Maduro ha expresado su convencimiento de que la supuesta asonada "se ha fraguado desde el momento mismo de la elección de Rousseff" como un "golpe suave", en el contexto de "la embestida oligárquica e imperial contra los procesos populares progresistas y con el único fin de reimponer los modelos neoliberales".
El Palacio de Miraflores ha hecho "un llamamiento a los pueblos del mundo a mantenerse alerta y listos para la defensa de la democracia, de los procesos de unidad e integración" y de Rousseff, "que ha demostrado ser una garantía para la democracia, las conquistas sociales del pueblo brasileño y la unidad 'nuestroamericana'".
En la misma línea, Ecuador ha manifestado su "profunda preocupación por los acontecimientos políticos en Brasil" y su "decidido respaldo al Gobierno de Rousseff, legítima depositaria del mandato popular expresado en las últimas elecciones democráticas, y contra la que no pesa, hasta el momento, una sola imputación".
"Ante la amenaza de una grave alteración del orden constitucional, y de profundas consecuencias para el conjunto de la región, Ecuador apela a la plena vigencia y preservación de las instituciones democráticas y los valores que la sustentan", ha dicho el Ejecutivo de Rafael Correa.
En Bolivia, aunque el presidente, Evo Morales, aún no se ha pronunciado, sí lo ha hecho el partido gobernante, el Movimiento Al socialismo (MAS). "Es un antecedente nefasto para la democracia Latinoamericana. Cuidado, estamos supeditando la voluntad del pueblo brasileño, materializada en las urnas, por una voluntad pactada, corrupta e ilegal", ha dicho el oficialista Víctor Borda.
POSICIÓN NEUTRAL
En un tono más moderado, el ministro de Exteriores de Chile, Heraldo Muñoz, ha destacado las "excelentes relaciones" que su Gobierno ha tenido con la "amiga" Rousseff y ha recalcado su "decidido respaldo al Estado de Derecho, los procesos constitucionales y las instituciones democráticas".
"El Gobierno de Chile expresa su preocupación por los acontecimientos de los últimos tiempos en esa nación hermana, que han generado incertidumbre a nivel internacional, considerando la gravitación de Brasil en el ámbito regional", ha apuntado.
Argentina, por su parte, ha señalado su respeto por "el proceso institucional que se está desarrollando en Brasil" y ha confiado "en que el desenlace de la situación consolide la solidez de la democracia brasileña".
"Ahora vamos a esperar que las nuevas autoridades constituyan su Gobierno y a seguir trabajando como corresponde entre países hermanos", ha dicho el jefe de Gabinete, Marcos Peña, que ha advertido sobre "el impacto" que la situación en Brasil puede tener en la economía argentina.
"Nos duele mucho lo que está sucediendo", ha dicho el presidente colombiano, Juan Manuel Santos, desde la cumbre anticorrupción en Londres. "Hacemos votos para que la institucionalidad democrática se preserve (...) Lo que queremos es que la estabilidad se mantenga", ha apostillado.