BRUSELAS, 25 Oct. (EUROPA PRESS) -
Los líderes de los países más afectados por el tránsito de refugiados a través de la ruta de los Balcanes tratan de dejar atrás este domingo los reproches mutuos por la gestión de sus fronteras y acordar una "red operativa de comunicación" que les permita coordinar la toma de decisiones futuras, en especial a la hora de reforzar los controles en sus fronteras.
"No se trata de definir una nueva política en materia de refugiados, sino de buscar soluciones operativas que se puedan poner en marcha desde mañana", explican fuentes próximas a la negociación en curso en Bruselas, en donde están reunidos los jefes de Estado y de Gobierno de trece países europeos, entre ellos los de Alemania, Hungría, Grecia, Eslovenia y Serbia.
El presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, convocó esta cumbre en formato reducido, en la que participan tres países no comunitarios (Serbia, Albania y la Antigua República Yugoslava de Macedonia) tras constatar el empeoramiento de la situación en la región.
La propuesta de acuerdo presentada por Bruselas incluye ideas como el despliegue inmediato de 400 guardias de fronteras desde la UE en Eslovenia --a donde sólo el pasado miércoles llegaron 12.600 demandantes de asilo-- y el compromiso de no permitir el paso de refugiados a otro Estado sin su consentimiento.
Sin embargo, países como Croacia y Bulgaria han criticado con dureza el texto, que sigue en discusión por las grandes divergencias entre las capitales.
En un receso de la reunión, el primer ministro serbio, Aleksandar Vucic, ha celebrado la oportunidad de diálogo que ofrece esta cita, pero se ha mostrado poco confiado en que del encuentro surja "algo que pueda ser muy útil de manera inmediata".
Vucic ha abogado por "superar las disputas" entre los socios de la región, "reforzar las fronteras" de la Unión Europea y "hablar entre sí" de la gestión del flujo migratorio.
En este sentido, fuentes europeas han confirmado que los esfuerzos del Ejecutivo comunitario se centran ahora en consensuar una "red operativa de contactos" de la que participen "todos los implicados" y permita que todos vayan de la mano a la hora de tomar decisiones que afecten a la crisis de los refugiados.
Ello ayudaría a dejar atrás los reproches y las declaraciones cruzadas que han complicado la coordinación de estos países durante la crisis de refugiados, añaden las fuentes.
La necesidad de convenir medidas "operativas e inmediatas" también se aplica a la vigilancia de las fronteras, cuyo control debería ser "reforzado significativamente". "Si una persona no está registrada, no existe y, por tanto, no tiene derechos", argumentó un alto funcionario para defender el aumento de los controles.
La cita se produce a iniciativa del presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, que ha invitado a diez Estados miembros (Eslovenia, Hungría, Croacia, Rumanía, Bulgaria, Austria, Países Bajos, Luxemburgo, Alemania y Grecia) y a Serbia, Albania y a la Antigua República Yugoslava de Macedonia.
Turquía, principal puerta de entrada de los refugiados que entran de manera irregular a la Unión Europea, no ha sido invitado a la cumbre de formato reducido. Este hecho ha sido criticado por el primer ministro griego, Alexis Tsipras, a su llegada a la reunión, aunque desde Bruselas han querido restar importancia a este hecho. "No es necesario abrir otra vía de diálogo con Turquía", han explicado fuentes europeas, porque la Comisión ya negocia en nombre de los 28 un plan de acción con este país.