Juncker afirma que hay "14 ó 15" países dispuestos a aumentar contribución al presupuesto europeo
BRUSELAS, 23 Feb. (EUROPA PRESS) -
Los líderes de la Unión Europea a 27 han reivindicado este viernes su peso en la toma de decisiones y se han negado a prometer a la Eurocámara y a la Comisión Europea que el sucesor del jefe del Ejecutivo comunitario, Jean-Claude Juncker, será uno de los cabeza de lista que concurran en las próximas elecciones europeas de mayo de 2019.
"Decir que el modelo del 'spitzenkandidat' (cabeza de lista en alemán) es más democrático es equivocado", ha defendido el presidente del Consejo europeo, Donald Tusk, al término de la cumbre celebrada en Bruselas.
"Hay un acuerdo general respecto a que el Consejo europeo no puede garantizar de antemano que propondrá a uno de los cabeza de lista como presidente de la Comisión", ha añadido.
Tusk, en línea con lo expuesto por los mandatarios europeos en la reunión, ha recurrido a los Tratados de la UE para defender la autonomía de los 27 y la "doble legitimidad" en el proceso de selección en el que participan los Estados miembros y Eurocámara.
Juncker, en la misma rueda de prensa que Tusk, ha reaccionado con referencias a las elecciones nacionales en donde los mandatarios son cabezas de lista de sus partidos: "No es automatismo, es un proceso normal democrático".
El actual presidente de la Comisión ha recordado además que él fue nombrado siguiendo el modelo que ahora rechazan los jefes de Estado y de Gobierno de la UE, que existe una "responsabilidad compartida" y que el Parlamento Europeo puede tumbar al candidato del Consejo.
En el debate institucional de los 27, los líderes también se han mantenido mayoritariamente en contra de emprender ahora otras reformas sobre la mesa, como la fusión de los presidentes del Consejo y de la Comisión, crear listas transnacionales en las elecciones o reducir el número de comisarios, que actualmente supone un representante por Estado miembro.
Sí han mostrado su visto bueno al nuevo reparto de escaños propuesto por el Parlamento Europeo para las próximas elecciones, ya sin Reino Unido, y que supondrá reducir de 751 a 705 el número de eurodiputados, pero que dará a España cinco escaños más de los 54 con que cuenta actualmente.
PRIMERAS IDEAS SOBRE EL FUTURO PRESUPUESTO
Este viernes ha sido, además, la primera ocasión en que los 27 han expuesto sus ideas sobre el futuro presupuesto europeo para el periodo 2021-2027, un marco que dejará de contar con entre 12.000 y 14.000 millones de euros por la salida de Reino Unido y que deberá costear nuevas necesidades como el control migratorio y el refuerzo de la seguridad y defensa europeas.
Tusk ha celebrado que los líderes hayan afrontado esta primera discusión con la "mente abierta más que con líneas rojas" y con el acuerdo en que la migración ilegal, la defensa, la seguridad y el programa Erasmus deben contar con una financiación importante.
En este contexto, Juncker ha avisado de que poder apoyar las nuevas necesidades al nivel que se ambiciona pasará por recortes en políticas como la agrícola y los fondos de cohesión, que ahora absorben hasta el 70% del gasto de las arcas comunitarias.
El jefe del Ejecutivo comunitario ha revelado que hay "14 ó 15" países --que no ha nombrado-- dispuestos a contribuir con "un nivel superior al actual" a los presupuestos.
Entre ellos podría estar España a tenor de lo dicho por el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, para quien es clave mantener los apoyos a la agricultura y la cohesión, pero ha dicho que España debe estar "abierta a poner más recursos".
Del otro lado, países como Dinamarca, Países Bajos, Suecia y Austria ven con recelo incrementar el presupuesto comunitario y han apuntado a los recortes. El primer ministro de Austria, Sebastian Kurz, por ejemplo, ha defendido que muchas partidas están "desactualizadas" y deberían "reconsiderarse", en alusión a los fondos de cohesión, sobre los que llama a preguntarse "si todos los subsidios son todavía oportunos".
Por su parte, el presidente francés, Emmanuel Macron, ha enfatizado que se opondrá a que fondos del próximo presupuesto comunitario se destinen a países que no respetan el Estado de derecho o hacen 'dumping' social o fiscal. "Rechazaré que el presupuesto sirva para financiar la divergencia fiscal, social o de valores", ha dicho.
La canciller alemana, Angela Merkel, ha advertido ante sus socios que la política europea sobre refugiados tendrá "consecuencias" en los fondos estructurales y se ha hecho eco de la idea expuesta por el sueco Stefan Löfven, en cuanto a que los presupuestos reflejen el coste que asumen los países más implicados en la acogida de los inmigrantes.
"No tiene por qué ser necesariamente un vínculo negativo, puede serlo también positivo, como complemento a este debate", ha indicado Merkel, que ha reconocido que los 27 no han tenido aún debate profundo sobre esta condicionalidad.
El primer ministro italiano, Paolo Gentiloni, ha apuntado por su parte la necesidad de "centralizar" el gasto europeo en políticas migratorias, porque "no hay duda" de que las prioridades del presupuesto europeo han cambiado en los últimos años.