BRUSELAS, 10 Nov. (EUROPA PRESS) -
BRUSELAS, 10 (EUROPA PRESS)
Los líderes de la Unión Europea y de países africanos tratarán de pactar entre el miércoles y el jueves un plan de acción con "soluciones prácticas" con las que atajar la crisis de refugiados y frenar la entrada irregular a Europa de inmigrantes sin derecho a protección internacional, con medidas como la negociación de acuerdos para agilizar las deportaciones y un incremento de las ayudas a los países de origen.
El objetivo de esta cumbre en La Valeta, a la que han sido convocados 63 países, es "examinar de manera muy práctica" cuál es el mejor modo de "trabajar juntos" en retos comunes como la lucha contra las mafias que trafican con seres humanos o corregir las causas de la inmigración irregular.
La Unión Europea centro estas semanas sus esfuerzos en la llegada masiva de refugiados a través de la ruta de los Balcanes, pero mantiene la vista puesta en el Mediterráneo, por dónde siguen llegando uno de cada siete de los inmigrantes irregulares a la UE.
La diferencia entre estas dos rutas, según subrayan fuentes europeas, es que actualmente la mayoría de refugiados tratan de llegar por tierra, a través de Turquía y hacia Alemania, mientras que el canal del Mediterráneo es el más utilizado por lo que llaman inmigrantes de carácter "económico, no político".
La razón es clave en las negociaciones, ya que se trata de personas que no huyen de conflictos armados ni son perseguidos, por lo que no tienen derecho a la protección internacional del asilado.
Por ello, se da por hecho que los Veintiocho centrarán sus esfuerzos en establecer acuerdos con los países africanos para agilizar el retorno y readmisión de sus nacionales que no cuentan con la documentación que les permita permanecer en la UE.
En la actualidad, la UE como bloque cuenta con 17 acuerdos de este tipo con países terceros, pero ninguno de ellos con los países de la región más afectados por el problema de la inmigración, han explicado fuentes europeas. A nivel bilateral, algunos Estados miembros sí cuentan con convenios de retorno, es el caso de España que ha suscrito pactos con distintos países, entre ellos Marruecos.
Por ello, se espera que el documento final de la cumbre recoja un compromiso claro con las políticas de retorno, si bien este elemento sigue "abierto" en las negociaciones previas, porque la firmeza que persiguen los europeos choca con la insistencia de delegaciones africanas para que se hable de un retorno "voluntario".
A cambio de mejorar esta cooperación, la Unión Europea ofrece un fondo fiduciario para África para el que los líderes europeos prometieron aportar 3.600 millones de euros. La mitad de esa cuantía procede de los presupuestos generales de la UE, pero la otra mitad, 1.800 millones de euros, debe construirse con aportaciones individuales de cada Estado miembro.
Según los datos publicados por la Comisión Europea una semana antes del inicio de la cumbre, los gobiernos europeos han confirmado el desembolso de 31,8 millones de euros de los 1.800 que se aspira a reunir con las contribuciones bilaterales. España ha aportado 3 millones de euros.
Un alto funcionario europeo restó importancia a esta cifra y achacó la falta de donaciones concretas a que los jefes de Estado y de Gobierno europeos se reservan el anuncio de sus aportaciones para el momento de la cumbre, al tiempo que subrayó que la UE ya cuenta con otros instrumentos de ayuda al desarrollo y cooperación que disponibles de inmediato.
Cuando todos estén reunidos, añadió la fuente, el fondo alcanzará "una suma importante y significativa".
Por parte de los líderes africanos, uno de los intereses que defienden en las negociaciones es avanzar en la creación de nuevos canales legales y seguros para la llegada de inmigrantes de la región a la Unión Europea. Una reivindicación que también ha esbozado la Comisión Europea en el pasado, pero que no ha contado con todo el apoyo de los Veintiocho.
Al término de la cumbre birregional el jueves, los líderes de la Unión Europea darán comienzo a una segunda cumbre, esta vez a Veintiocho, para examinar los avances en su estrategia para frenar la llegada masiva de refugiados a través de los Balcanes. El refuerzo de las fronteras exteriores de la UE, la necesidad de acelerar la reubicación de 160.000 refugiados y mejorar las relaciones con países como Turquía son algunos de los elementos que se prevé que aborden.