BRUSELAS, 5 Dic. (EUROPA PRESS) -
Los líderes de la Unión Europea se reúnen este martes en Albania en una cumbre con sus homólogos de los Balcanes que servirá para dar una nueva señal de apoyo a la región y en la que aprovecharán para llamar a acelerar su adhesión al club comunitario en plena guerra de agresión rusa en Ucrania, un conflicto con resonancia en los Balcanes.
Pese a que la cumbre no se plantea como una cita centrada en la ampliación de la UE, el tema estará presente con la consideración del estatus de candidato a ingresar en la UE a Bosnia y Herzegovina, tras la opinión positiva de la Comisión Europea en octubre, y la liberalización de los visados a Kosovo pactada por los Veintisiete para 2024.
Se trata de dos guiños para la región, que se suman a la apertura formal de negociaciones de adhesión con Albania y Macedonia del Norte, con los que la UE pretende reavivar la perspectiva europea de los Balcanes y las relaciones en general con la región, atascadas durante años por la falta de avances reales en su ingreso al club comunitario.
En rueda de prensa desde Eslovenia, el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, ha insistido este lunes en que la decisión sobre Bosnia se debe tomar el próximo 13 de diciembre en la reunión de ministros de asuntos europeos de los Veintisiete. "Ese será el momento de la verdad", ha asegurado el ex primer ministro belga, aunque fuentes europeas dan por hecho que el tema ya estará sobre la mesa en Tirana, más después de que los líderes de Croacia o Eslovenia se hayan expresado claramente a favor de darle este estatus a Bosnia.
Michel, eso sí, ha avanzado que si la evaluación es positiva y existe un consenso a Veintisiete, la decisión se llevará formalmente al Consejo Europeo dos días después, el 15 de diciembre. En Bruselas subrayan que la política de Ampliación sigue su propia lógica y ritmo, pero avanzan que los líderes europeos pedirán a sus colegas balcánicos acelerar la senda de la adhesión, a través de las reformas comprometidas con el bloque.
La cumbre llega en un momento geopolítico clave para Europa con la guerra de agresión rusa a Ucrania, y es por ello que los líderes de los Veintisiete pedirán alineamiento total de la región con la política exterior de la UE, a la que todos los socios balcánicos aspiran a ingresar. En especial preocupa la situación de Serbia, principal socio de Rusia en la región, y que ha evitado sumarse a las sanciones occidentales contra Moscú.
PRIMERA CUMBRE EN LOS BALCANES
Además, será la primera ocasión en la que la cumbre UE-Balcanes se celebre en la región, en otra señal de convergencia con los países de la región y que sigue la idea de tener más sintonía e influencia en la zona. En el apartado de los resultados concretos, los Veintisiete hacen hincapié en lograr más cooperación en cuestiones como la energía -- a través de las compras conjuntas de gas -, avanzar hacia una mayor integración económica con la región, así como acabar con el 'roaming' en los Balcanes o lograr aumentar las capacidades militares conjuntas.
El encuentro producirá una declaración política de los Veintisiete, que los países balcánicos se espera que apoyen, en lo que se entendería como una señal de alineamiento político importante de los países de la zona ante la agresión rusa a Ucrania.
POLÉMICA CON SERBIA
La cumbre llega caldeada por la amenaza del presidente serbio, Aleksandar Vucic, de boicotear la cita en la que coincidirá con el primer ministro kosovar, Albin Kurti, en una nueva cota de las tensiones entre Belgrado y su antigua provincia por la polémica ley kosovar, para imponer documentos y matrículas a las comunidades serbokosovares.
Vucic anunció la semana pasada su ausencia en Tirana, tras cargar contra Kurti al que llamó "escoria terrorista" después de que Pristina nombrara a un ministro de la comunidad serbokosovar alejado de la influencia de Belgrado, una designación que Bruselas avisó que va contra los procedimientos recogidos en la Constitución kosovar.
Finalmente, el mandatario serbio ha dado marcha atrás afirmando que Serbia se beneficiará más de acudir que de ausentarse de la cumbre con los líderes europeos. Desde Bruselas se esperaba que finalmente pudiera acudir, al entender que la situación "frágil" en las relaciones entre Belgrado y Pristina necesita de diálogo y cooperación y dejar a un lado acciones unilaterales que exacerben las tensiones.