Niegan automatismos para nombrar al candidato que gane las elecciones
SIBIU (RUMANÍA), 9 (de la enviada especial de EUROPA PRESS Laura García Martínez)
El presidente del Consejo europeo, Donald Tusk, ha confirmado este jueves que convocará una cumbre extraordinaria para el próximo 28 de mayo, dos días después de las elecciones al Parlamento Europeo, para que los líderes inicien a Veintiocho las negociaciones para repartir los altos cargos de la Unión Europea, en una terna de la que España aspira a salir reforzada.
La Eurocámara reclama que sea el cabeza de lista (o 'Spitzenkandidat') del partido europeo que gane las elecciones el designado para relevar a Jean-Claude Juncker al frente de la Comisión Europea, pero las capitales rechazan de plano cualquier tipo de "automatismo" y defienden que los Tratados avalan al Consejo para que sea éste quien decida al elegido.
Por ello, Tusk quiere que los líderes le encarguen en la cumbre de finales de mayo la tarea de conducir las consultas para decidir a Veintiocho un "paquete" que atienda a varios equilibrios, incluido el geográfico y el de género, para nombrar a los nuevos presidentes de la Comisión Europea, del Consejo europeo y del Banco Central Europeo, además del Alto Representante de Política Exterior de la UE.
"Este proceso debe de ser rápido, tranquilo y efectivo y en línea con los Tratados", ha declarado Tusk en una rueda de prensa en Sibiu (Rumanía), al término de una reunión informal con los jefes de Estado y de Gobierno de la UE, salvo Reino Unido.
Para Tusk es urgente resolver este asunto y por ello aspira a lograr un acuerdo en el Consejo europeo de junio en Bruselas, a pesar de que el mismo proceso en la anterior legislatura llevó meses de negociación.
El presidente del Consejo ha añadido que su deseo es que el acuerdo se adopte con el "consenso" de todos, pero también ha avisado a posibles díscolos que quieran bloquear el proceso que es realista y no dudará en someter a votación el reparto si se constata que es "difícil" alcanzar el acuerdo.
Muchos de los líderes también se han alineado en la defensa de que los Tratados les dan el poder de decidir quién será el presidente de la Comisión Europea, "teniendo en cuenta" los resultados de las europeas, pero no obligados por ello.
"Soy fan de los Tratados", ha respondido la presidenta de Lituania, Dalia Grybauskaite, al ser preguntada en Sibiu por si le gusta el modelo de 'Spitzenkandidat' que reivindica el Parlamento Europeo. "Quiero que se sigan los procedimientos y los Tratados", ha zanjado.
"No creo que sea la manera adecuada, salvo que hubiera verdaderas listas transnacionales", ha dicho, por su parte, el presidente de Francia, Emmanuel Macron, cerrando también la puerta a la designación automática tras las elecciones.
El primer ministro de Luxemburgo, Xavier Bettel, ha sido otro de los mandatarios que han mostrado rechazo al modelo del 'Spitzenkandidat', del que ha dicho que fue una "mala decisión desde el principio". "Pregunten a mis votantes, no tienen ni idea de quién es el candidato de ningún partido", ha criticado.
RESPETO AL VOTO DE LOS EUROPEOS
Menos clara ha sido la canciller alemana, Angela Merkel, que ha expresado su apoyo al candidato del Partido Popular Europeo, el también alemán Manfred Weber, y ha considerado que "el resultado electoral jugará un papel importante para nombrar" al sucesor de Juncker, pero que los Tratados son los que fijan las reglas.
El austríaco Sebastian Kurz ha sido de los pocos que han apoyado expresamente al Parlamento Europeo: "Defenderé ese modelo y creo que sería difícil de vender a los ciudadanos que va a haber elecciones, con cabeza de listas, y que luego una pequeña elite puede decidir lo que quieran", ha expresado.
El presidente del Parlamento Europeo, el conservador italiano Antonio Tajani, ha respondido a las reservas de los líderes avisando de que los resultados de las europeas "no son un capricho", sino la expresión de los ciudadanos, y por tanto aunque no sea legalmente vinculante, "sí lo es políticamente".
ESPAÑA PIDE MÁS PESO
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se ha mostrado cauto y ha dicho que el PSOE respalda al cabeza de lista de los socialistas europeos, el holandés Frans Timmermans.
Preguntado por si España contempla disputar la presidencia de la Comisión con el ministro de Exteriores, Josep Borrell, como candidato, Sánchez ha evitado la respuesta directa y ha subrayado que defiende a Timmermans como candidato. "Es lo que queremos toda la familia socialdemócrata y es lo que vamos a defender", ha zanjado el presidente del Gobierno.
Los países no han desvelado aún sus cartas formalmente, tampoco España, pero Sánchez, en un mitin, apuntó al ministro de Exteriores y cabeza de lista del PSOE a las europeas, Josep Borrell, como posible representante español en el Ejecutivo comunitario. Varias fuentes consultadas por Europa Press creen que podría ser un vicepresidente político en la nueva Comisión.
Sin embargo, el hecho de que cuente ya con un largo recorrido en la política nacional y comunitaria --fue presidente del Parlamento Europeo-- puede jugar en su contra, según diversas fuentes diplomáticas consultadas por Europa Press, que creen que España tendría más opciones si su candidata es una mujer y no un candidato que "no ofrece nada nuevo".
"Hay que demostrar que esta vez es diferente, presentar un candidato que sea diferente, que no sea un hombre de pelo gris, de 70 años, de los Pirineos o de los Alpes", opinaba un diplomático en Sibiu, para subrayar el valor de una candidata mujer frente a perfiles equivalentes masculinos, como el de Borrell o el del negociador europeo para el Brexit, Michel Barnier, del que también se habla con fuerza en las quinielas.
PRESENCIA DE MUJERES Y OTROS EQUILIBRIOS
Tusk tendrá que cumplir varios equilibrios a la hora de diseñar un reparto de asientos que responda a todas las expectativas, es decir, que se vean representados tanto los grandes países como los pequeños, que haya diversidad geográfica y que estén presentes las principales familias políticas.
En este juego de contrapesos, también será clave que la nueva jerarquía responda al principio de igualdad de género y que haya mujeres de peso que ocupen al menos dos de los cargos sobre la mesa.
Por ello, en las quinielas se oyen nombres como el de la exministra francesa de Defensa Sylvie Goulard, el de la actual ministra de Defensa alemana, Ursula Von der Leyen, o el de la directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde.
España tendría más opciones de ocupar un puesto de peso si su candidata fuera una mujer, según apuntan diversas fuentes en Bruselas, que nombran como ejemplo a la ministra de Economía, Nadia Calviño, aunque admiten que su perfil es más técnico que político y ello le resta posibilidades.