BRUSELAS, 27 Jun. (EUROPA PRESS) -
Los líderes de la Unión Europea pedirán este martes "claridad" a su colega británico, David Cameron, sobre cuáles son sus planes para conducir la salida de Reino Unido del club comunitario, y lo harán avisando de que, aunque son conscientes de la dificultad de iniciar el proceso de inmediato, no habrá "ningún tipo de negociación" sobre el futuro de las relaciones mientras no se active el proceso formal de divorcio.
Los dirigentes de la Unión Europea temen que la incertidumbre pase factura al proyecto europeo y alimente el "efecto contagio" en otros movimientos euroescépticos del continente, dañando los intereses comunes y su peso en la negociación.
"No habrá ningún tipo de negociación, ya sea formal o informal, mientras no se active el artículo 50 del Tratado de la UE", ha resumido un alto funcionario europeo, al ser preguntado por la posibilidad de que Londres intente una aproximación, a la vez que retrasa hasta el otoño la notificación oficial para iniciar los trámites de una salida "ordenada" y voluntaria.
En los contactos entre capitales desde el voto del pasado jueves, el presidente del Consejo europeo, Donald Tusk, ha constatado que existe un "amplio entendimiento" en cuanto a que la crisis interna abierta en Reino Unidos es "profunda" y no permite dar de inmediato el primer paso para la separación.
Casi nadie en Bruselas espera, por tanto, que Cameron notifique en este primer encuentro la decisión de abandonar el bloque, pero los Estados miembros insistirán en que debe ser "lo antes posible", aunque eviten referirse a un calendario claro para dar margen a los británicos.
Los Veintisiete, que ya han subrayado que siguen comprometidos con "mantener la Unión" y avanzar en el proyecto europeo, tienen interés en "enviar el mensaje de que la UE controla la situación", han explicado fuentes europeas.
Para ello, retomarán el discurso de las instituciones en cuanto a que "no hay vacíos legales" y que los pasos a seguir son claros: mientras Reino Unido siga siendo un Estado miembro se aplicarán plenamente las leyes comunitarios, con los derechos y obligaciones que ello implica.
Además, "no hay una salida alternativa al artículo 50", según recalcan todas las fuentes europeas consultadas, para advertir a Londres de que en ningún caso abrirán la puerta a una renegociación de las relaciones que no pase por la salida primero de Reino Unido. El modelo de relación futuro y las condiciones para el acceso británico al mercado común deberán negociarse en un acuerdo distinto al de separación, sobre el que se podrá empezar a discutir mientras se negocia el primero, pero nunca antes de invocar la separación formal.
"El resultado del referéndum no se cuestiona, por tanto el único escenario con el que trabajamos es el de la salida", apuntan desde Bruselas, en donde un diplomático de un Estado miembro celebra que las "obligaciones jurídicas" que impone el Tratado se vayan a "imponer sobre las fantasías de la campaña" de quienes defendieron el 'Brexit'.
Todo ello los discutirán los líderes con Cameron en una cena el martes, tras la sesión formal en la que hablarán cuestiones dispares como la inmigración y política exterior y defensa.
EL MIÉRCOLES, PRIMERA CUMBRE A 27
Tras escuchar la exposición del 'premier' británico y analizar a Veintiocho la situación, los líderes europeos protagonizarán un día después, el miércoles, la primera cumbre a Veintisiete, sin la presencia de Reino Unido.
Se trata de un desayuno "informal" que podrá alargarse hasta el mediodía y que pretende escenificar la fortaleza de la Unión pese a la salida de uno de sus Estados miembros.
También servirá para analizar las razones de la desafección de los europeos y se busca el modo de reconducir las políticas comunes "hacia lo esencial y no hacia la dispersión".
Los gobiernos también aspiran a iniciar en ese momento un reflexión más amplia sobre cuál debe ser el futuro de la Unión Europea y la conveniencia de avanzar hacia una mayor integración, rechazada por Reino Unido y otros sectores euroescépticos con peso en varios Estados miembros.
No se esperan conclusiones de calado en esta discusión, porque supone el inicio de un debate que ya encuentra diferencias sobre si el camino debe ser hacia "más" o "menos Europa", aunque fuentes diplomáticas ironizan con fórmulas que apelen a una "mejor Europa" para disimular estas divergencias de salida.
Tusk, que en las últimas horas ha viajado a París y Berlín y ha conversado con Cameron para tratar avanzar en la 'hoja de ruta', también se verá en bilateral en momentos previos a la cumbre del martes con otros dirigentes como el presidente del Gobierno en funciones, Mariano Rajoy, o el primer ministro checo y presidente del grupo de Visegrado, Bohuslav Sobotka.