BRUSELAS, 19 Feb. (EUROPA PRESS) -
Los jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea han concluido la primera sesión formal de negociaciones con las "mismas divergencias" con las que llegaron a la cumbre en Bruselas, centrada en la revisión de las relaciones de Reino Unido con sus socios del bloque comunitario, a cambio de que Londres defienda en un próximo referéndum la permanencia en la UE.
"La buena noticia es que no han surgido nuevas diferencias, la mala noticia es que se mantienen sobre la mesa los mismos problemas", han resumido fuentes europeas, al término de la primera sesión de trabajo que los líderes han dedicado a la discusión sobre Reino Unido.
Después, los líderes han dedicado la cena a revisar la respuesta europea a la crisis migratoria y han dejado para la madrugada la negociación en detalle de la cuestión británica, con el objetivo de sellar un acuerdo cuando retomen la sesión los líderes europeos en la mañana del viernes.
Los problemas siguen siendo los cinco obstáculos identificados en los contactos previos a nivel técnico, incluido el periodo durante el cual Reino Unido podrá mantener activado el "freno de emergencia" con el que limitar el acceso de los inmigrantes europeos a parte de las ayudas sociales.
En cualquier caso, sí parece claro que cada europeo que llegue al mercado laboral británico a partir de ese momento, verá mermados los complementos salariales durante sus primeros cuatro años de trabajo.
Londres aspira a poder utilizar el mecanismo durante siete años a partir de su activación, prorrogables en dos etapas hasta los 13 años; pero es un calendario "inaceptable" para los países del Este, principales exportadores de mano de obra comunitaria al mercado británico.
Otra de las cuestiones que enfrenta a los países del 'Grupo de Visegrado' (Polonia, Hungría, República Checa y Eslovaquia) con Londres es la retroactividad de la indexación de los complementos salariales por hijo, cuando el hijo no reside en Reino Unido, para ajustarlos al precio de la vida del país de origen.
También queda por resolver cómo incorporar las disposiciones del acuerdo en reformas futuras de los Tratados, aclarar el significado legal del principio de "una unión aún más estrecha" y el número mínimo de Estados miembros que no integran el euro que serían necesarios para paralizar una legislación por la que se sientan amenazados.
Reino Unidos sostiene que debería ser un único Estado el que pudiera activar la salvaguarda, pero otros países defienden que sean al menos dos.
Han sido unas dos horas de debate "difícil, pero constructivo", en el que todos los Estados miembros han tomado la palabra para marcar sus posiciones y "reconfirmar" cuáles son los elementos que les separan, ha explicado un alto funcionario. También han expresado su voluntad de que Reino Unido "siga siendo parte" de la Unión Europea.
Tras concluir la primera jornada formal de reunión, los Estados miembros dedicarán la noche a matizar las posiciones en encuentros en formato reducido, el primero de ellos entre el presidente del Consejo europeo, Donald Tusk; el jefe del Ejecutivo, Jean-Claude Juncker; y el 'premier' británico, David Cameron.
El objetivo es que los jefes negociadores de las capitales continúen el trabajo durante la madrugada y que Tusk presente una nueva propuesta redactada a primera hora del viernes, probablemente después de nuevas reuniones bilaterales al más alto nivel.
Pese a las diferencias que marcan los países, varias fuentes próximas a la negociación coinciden en considerar que hay parte de "escenificación" y que el las divergencias están lejos de ser insalvables. "Cada uno tendrá su drama, y después tendremos un acuerdo", ha ironizado la presidenta de Lituania, Dalia Grybauskaite, a su llegada a la cumbre.