Actualizado: miércoles, 8 marzo 2017 18:46

BRUSELAS 8 Mar. (EUROPA PRESS) -

Los jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea renovarán este jueves, salvo sorpresa de última hora, al exprimer ministro polaco Donald Tusk como presidente del Consejo Europeo, pese a la oposición expresa del Gobierno de su propio país, que le acusa de no ser imparcial.

Existe una "inmensa mayoría" de delegaciones que apoya la reelección de Tusk para un segundo periodo de dos años y medio, según han indicado diversas fuentes europeas, que no ven en la reserva de Varsovia una amenaza seria para su reelección.

La primera ministra polaca, Beata Szydlo, ha remitido una carta a sus socios en la Unión Europea en la que acusa a Tusk de haber "violado su mandato europeo" para injerir como presidente de una institución europea en disputas de política nacional.

Además, la mandataria polaca ha buscado apoyos en los países del este e incluso en Reino Unido, aunque ninguno se ha significado a favor de su candidato formal, otro conservador polaco, el eurodiputado Jacek Saryusz-Wolski.

"Nadie le puede reprochar a la Unión Europea que no haya tenido sensibilidad para con el centro y el este de Europa, y Tusk es un símbolo de ello", ha recalcado un alto funcionario, para quien el exprimer ministro polaco ejercer de "puente" entre la UE y la sociedad de los países del este, cuyos gobiernos se distancian en ocasiones del proyecto europeo.

Preguntado por la polémica, Tusk ha dicho la víspera de la cumbre que no le corresponde a él sino a los líderes de la Unión Europea evaluar su trabajo al frente del Consejo Europeo, pero ha recalcado que es consciente de cuál es su papel y que se ha mantenido "imparcial y políticamente neutral", sin olvidarse de la defensa de los valores europeos.

Hasta ahora, tanto Tusk como el anterior presidente del Consejo Europeo, el belga Herman Van Rompuy, fueron candidatos "consensuados" y no "apadrinados" por un Estado miembro en concreto, por lo que es una incógnita cómo se desarrollará en esta ocasión la elección.

Sí se sabe que Tusk, cuyo primer mandato expira el próximo 31 de mayo, dejará la sala cuando aborden la cuestión de su renovación y el primer ministro maltés y presidente de turno de la UE, Joseph Muscat, asumirá las riendas del debate.

La decisión se tomará por mayoría cualificada si Polonia fuerza el voto entre los dos candidatos, aunque fuentes diplomáticas esperan que no sea necesario llegar a ese punto, para evitar enviar al exterior una señal de división.

La agenda del Consejo prevé también abordar en su primera jornada cuestiones económicas, como la recuperación tras la crisis y el compromiso con la unión bancaria, pero también la apuesta por el comercio exterior como motor de crecimiento.

La situación migratoria será parte de las discusiones, aunque no se espera un debate de calado, ya que se retomará en la cumbre de junio y porque los Estados miembros siguen divididos de cara al futuro de la política de asilo.

En materia de política exterior y defensa, los mandatarios abordarán de manera especial la situación de los Balcanes occidentales, cuya inestabilidad política "preocupa" a los Veintiocho, según han reconocido fuentes europeas. Por ello reiterarán su compromiso "inequívoco" con la perspectiva europea de la región, pero lo harán advirtiendo de que deben continuar la senda de las reformas.

LA UE SIN REINO UNIDO

El viernes, la cumbre retomará la sesión a Veintisiete, ya sin la presencia de Reino Unido, con el objetivo de continuar la reflexión sobre el futuro del proyecto europeo y pensar en la estructura y elementos clave que deberá contener la Declaración de Roma que saldrá de la cumbre del 25 de marzo en la capital italiana, para conmemorar los 60 años de la Unión Europea.

Aunque Tusk ha asegurado que el 'Brexit' "no está en la agenda del jueves ni del viernes", los líderes confían en que la primera ministra británica, Theresa May, pueda ofrecerles el jueves algo más de claridad sobre el calendario para iniciar el proceso formal de divorcio.

Se ha especulado con que Londres pudiera activar el artículo 50 del Tratado de la UE a mediados de la próxima semana, pero la tramitación en el Parlamento británico podría retrasar el momento hasta apurar el plazo de finales de marzo anunciado por May en el pasado.

En cualquier caso, la Unión Europea de los 27 se mantiene firme en que no negociará nada hasta que llegue la notificación oficial y que hasta entonces mantendrá en secreto las directrices de negociación que Bruselas trata de coordinar con las capitales en los últimos meses.

Entre tanto, el viernes será la primera ocasión en que se ven los jefes de Estado y de Gobierno de los 27 tras la publicación del Libro Blanco del jefe del Ejecutivo comunitario, Jean-Claude Juncker, que dibuja hasta cinco escenarios para el futuro de la UE, desde la vuelta atrás hacia una unión basada únicamente en el mercado interior, hasta una Europa a "varias velocidades".

La idea de que un grupo de países pueda avanzar en proyectos concretos sin que otros Estados miembros puedan frenar el ritmo o bloquearlo gusta especialmente a Berlín y París.

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, por su parte, también abrió la puerta a esta posibilidad esta semana, tras participar en la cumbre de Versalles, si bien matizó que su preferencia es la de "más y mejor integración". Una línea similar a la apuntada por Tusk el martes, quien apeló a la "unidad" por encima de las distintas velocidades.

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