MADRID 21 Jun. (EUROPA PRESS) -
Un individuo acusado de quemar el Corán ha muerto a última hora de este pasado jueves en el noroeste de Pakistán, linchado por una turba que le sacó instantes antes por la fuerza de la comisaría donde se resguardaba, en un asalto multitudinario que se ha saldado con ocho agentes heridos.
Los linchamientos por blasfemia no son inusuales en Pakistán, un país donde este delito está incluso castigado con la muerte desde 1986, por decreto del entonces presidente del país, el general ultraconservador Zia ul Haq, abanderado de un gran proceso de desecularización nacional.
Son casos movidos en su mayor parte por el rumor, ejecutados por multitudes guiadas por líderes integristas locales y que rara vez acaban llegando a los tribunales salvo notables excepciones como la ocurrida en 2021, cuando la víctima fue un ciudadano de Sri Lanka.
El caso de esta pasada noche ha ocurrido en el municipio de Madyan, en la volátil provincia de Jíber Patjunjua, frontera con Afganistán y escenario de operaciones habitual de grupos como los talibán paquistaníes. Allí, la turba que perseguía al individuo acabó rodeando la comisaría donde se encontraba. Tras lanzar varias bombas incendiarias a la instalación policial, los agresores sacaron al individuo y le prendieron fuego en plena calle.
El responsable policial para el distrito de Swat, Zahidulá Jan, ha proporcionado este balance y anunciado el comienzo de una investigacón al respecto en declaraciones recogidas por el diario 'Dawn'. En declaraciones adicionales al portal de noticias The News, el oficial ha identificado al individuo como natural de la ciudad de Sialkot, en la vecina provincia de Punyab.
Mientras tanto, ha ordenado el despliegue de refuerzos policiales en el municipio para contener la tensión.