OSLO 29 Ago. (Reuters/EP) -
El ministro de Exteriores de Lituania, Linas Linkevicius, ha asegurado este lunes que las sanciones que la Unión Europea impuso a Rusia a raíz del conflicto en Ucrania deberían mantenerse hasta que mejore la situación en este país.
Tras la anexión de la península de Crimea por parte de Rusia en marzo de 2014, la Unión Europea impuso una serie de sanciones energéticas, financieras y de defensa a Moscú y en junio se acordó una prorroga hasta el final de enero.
El primer ministro de Eslovaquia, Robert Fico, pidió a la UE que pusiera fin a las sanciones tras su reunión en Moscú con el presidente ruso, Vladimir Putin, alegando que han perjudicado tanto a la Unión Europea como a Rusia y que no han solucionado nada.
"Mi reacción inmediata a comentarios como este es que, si no hemos llegado a solucionar absolutamente nada, entonces tenemos que añadir más sanciones", ha declarado Linkevicius en una rueda de prensa durante su visita oficial a Noruega.
A ello ha añadido que las propuestas para poner fin a las sanciones son prematuras, ya que la situación en el este de Ucrania no se ha rebajado, el acceso de los observadores a la zona de conflicto sigue vetado y Rusia continúa implicada militarmente.
Los gobiernos europeos, especialmente el de Kiev, han acusado a Rusia de armar y apoyar a los rebeldes separatistas en el este de Ucrania, un conflicto que ha costado la vida a más de 9.000 personas desde que estalló en 2014.
"Sabemos que sigue habiendo material militar y personal militar de la Federación Rusa en el territorio ucraniano, y no hablo de la frontera", ha añadido Linkevicius.
En Europa ya existen varios países que están abogando por el fin de las sanciones. Hungría está adoptando una línea similar a Eslovaquia y el presidente checo, Milos Zeman, un aliado de Rusia, ha pedido en repetidas ocasiones que se ponga fin a las sanciones.
El pasado 19 de agosto la canciller alemana, Angela Merkel, aseguró que no hay ningún motivo para levantar las sanciones porque Rusia no ha cumplido su parte de los acuerdos de Minsk, firmados en febrero de 2015 con el objetivo de rebajar la intensidad del conflicto.